Francia e Italia proclamaron es en París su unidad "para defender, preservar y consolidar" la zona euro, según las palabras del presidente francés, François Hollande, tras reunirse con el jefe de gobierno italiano, Mario Monti, para quien el final de la crisis está cerca.
"Hemos reiterado nuevamente nuestra voluntad de hacer todo lo posible para que (...) se apliquen las decisiones del Consejo Europeo de fines del mes de junio, se defienda, preserve, consolide la zona euro, y podamos trabajar para (mantener) su integridad", dijo Hollande ante la prensa.
"Es tan importante para ambos - la capacidad de la zona euro para contribuir al crecimiento social y económico europeo - que no podemos permitirnos ni un minuto de falta de atención", dijo por su parte Monti, que tras su visita a París visitará Helsinki y Madrid.
"Nos acercamos, así como el resto de Europa, al final del túnel" de la crisis, que "comienza a iluminarse", había dicho Monti un poco antes a la radio italiana RAI 1, y aseguró que la "piedra angular" debe ser "la puesta en marcha sin tardar de las decisiones adoptadas en Bruselas".
En un comunicado común ambos dirigentes dijeron que hay que encontrar una "nueva ambición política" para la zona euro. Los dos dirigentes "van a trabajar en ello durante las próximas semanas con sus socios", añadió.
Hollande subrayó la "calidad" de las relaciones entre ambos países "un punto muy importante para solucionar los temas de los que aún seremos responsables en los próximos días para consolidar, reforzar la zona euro".
"Ha habido progresos significativos desde hace varias semanas: el Consejo Europeo de fines del mes de junio, con el pacto de crecimiento, los mecanismos de estabilidad a los que se aportó precisiones y que ahora hay que aplicar", dijo el presidente francés.
"Medidas decisivas" de los bancos centrales
Aunque los dos dirigentes no dieron detalles sobre su reunión, la prensa alemana asegura que Francia e Italia están buscando maneras de reforzar la capacidad del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE).
Este fondo de ayuda financiera tendría que entrar en vigor en otoño si el Tribunal Constitucional alemán no lo veta.
Francia e Italia quieren que el MEDE tenga una licencia bancaria, lo que le permitiría financiarse en el Banco Central Europeo (BCE) de manera que su capacidad para socorrer a los países en crisis sería en teoría ilimitada.
La licencia bancaria permitiría así dar confianza a los mercados, que se preguntan hasta donde están dispuestos a llegar los países europeos para rescatar a uno de los suyos en dificultades.
Alemania sin embargo se opone a esta posibilidad.
"El MEDE no tiene licencia bancaria y no vemos por qué habría que darle una", dijo el ministerio alemán de finanzas respondiendo a preguntas de la AFP.
Un miembro del BCE, el austriaco Ewald Nowotny, es favorable a la medida y se espera que el jueves el presidente de la institución, Mario Draghi, se pronuncie sobre la cuestión en la reunión de gobernadores.
España sigue estando en el centro de las preocupaciones europeas y los dirigentes del bloque llevan varios días haciendo declaraciones optimistas para tranquilizar a los mercados.
Grecia es otro de los punto negros de la zona euro. El gobierno de coalición sigue negociando con sus acreedores (la Unión Europea, el Fondo Monetario Internacional y el BCE) para ahorrar otros 11.500 millones en dos años (2013 y 2014), a cambio de recibir otro paquete de ayuda de 31.500 millones de euros.
Los indicadores en el bloque siguen en rojo y este mismo martes la oficina de estadística europea anunció que el desempleo se mantuvo en un 11,2% en junio (24,8% en España, más del 20% en Grecia), un máximo histórico desde la creación de la Unión Monetaria.
El miércoles los ojos también estarán puestos en la reunión del comité de política monetaria de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed), que podría decidir nuevas medidas para relanzar la economía del país.
Hace poco más de una semana el presidente del BCE aseguró que el banco está dispuesto a hacer "todo lo posible" para salvar el euro, unas palabras que tuvieron un efecto balsámico en las bolsas y en las tasas de la deuda soberana.
En España, la tasa del bono a diez años estaba este martes en 6,7%, después de haber alcanzado la semana pasada un 7,7%.
Draghi se entrevistó el lunes con el secretario del Tesoro de Estado Unidos, Timothy Geithner, el mismo día que el presidente Barack Obama confió en que la eurozona no se desmoronará pero que hay tomar "medidas decisivas".