Las finanzas islámicas, que están viviendo un crecimiento muy rápido en todo el mundo, tienen que estar mejor reguladas para seguir desarrollándose, indicó el Frente Monetario Internacional (FMI) en un informe publicado este lunes.
Este tipo de productos financieros respetan la ley islámica (sharía) y entre otras cosas prohíben la especulación, los intereses (considerados como usura), los productos que tienen una incertidumbre excesiva o las inversiones que se considera que perjudican a la sociedad.
Según el FMI, este sector, que actualmente se rige con las reglas de las finanzas tradicionales, necesita un marco de regulación y estructuras de control que respondan a sus riesgos específicos.
En su informe, la institución pide "más armonización y más claridad en la regulación, una mayor cooperación entre las personas responsables de establecer las normas en las finanzas islámicas y convencionales así como una mejora de los instrumentos para una supervisión efectiva".
El peso de este sector financiero ha doblado en los últimos cuatro años y representa unos 2 billones de dólares, con una demanda que sigue en aumento.
Unos 40 millones de los 1.600 millones de musulmanes que hay en el mundo son clientes de este tipo de productos, que sin embargo representan menos del 2% del total de haberes de los bancos.
Pese a pedir más regulación, el FMI destaca también el potencial de las finanzas islámicas en el conjunto de la economía mundial y el papel que pueden tener los bonos islámicos (los llamados "sukuk") para financiar obras públicas.