Más de 300 académicos, escritores, activistas y periodistas colombianos y extranjeros firmaron este lunes una carta abierta de apoyo a los diálogos de paz que iniciarán en Oslo entre el gobierno de Colombia y la guerrilla comunista FARC, como solución al conflicto armado interno que se prolonga por casi medio siglo.
"Es esta una oportunidad única e irrepetible. Si fracasa, la confrontación avanzará pero con mayor intensidad y con altas y aún inéditas cotas de degradación. Anteriores fracasos han sido no solo derrotas de la paz sino triunfos siniestros de la guerra", citó el documento difundido por www.razonpublica.com.
"Por eso urgimos a las partes a no levantarse de la mesa hasta llegar a un acuerdo final, y a superar los muchos, graves y previsibles obstáculos que acompañarán a un proceso tan complejo como el que hoy comienza", agregó el texto publicado en el portal especializado en análisis políticos y periodísticos.
Delegados del gobierno del presidente Juan Manuel Santos y de las comunistas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) instalarán el 17 de octubre en Noruega los diálogos de paz, que luego se trasladarán a La Habana (Cuba).
Esta es la tercera negociación de paz entre gobierno e insurgente, la última de las cuales fracasó hace una década.
Entre los firmantes de la carta se encuentran el poeta colombiano Juan Manuel Roca, la politóloga Natalia Springer, el alcalde de Bogotá Gustavo Petro, el director de cine Jorge Alí Triana, el periodista Daniel Samper Pizano, la abogada Mónica Roa, la directora de la ONG Asfamipaz Merleny Orjuela, entre otros.
El texto también exhorta a "que las partes -como prueba de su genuina voluntad de paz- no sigan desperdiciando vidas de colombianos y a que en todo caso busquen ceñirse a las normas del derecho de la guerra".
El documento también fue firmado por el académico francés Frédéric Massé, el politólogo estadounidense Marc Chernick, el sociólogo argentino Juan Gabriel Tokatlián, el diplomático italiano Sandro Calvani, la académica uruguaya Ana María Bidegain, entre otros.
"Una paz negociada implicará reformas sustanciales que afronten la aberrante inequidad, consagren garantías efectivas para el ejercicio de la oposición, atiendan en su raíz los conflictos por la tierra, pongan fin a las violaciones de los derechos humanos y reparen debidamente a las víctimas", citó el documento.