Las Farc reiteraron ayer su apoyo a un eventual diálogo de paz entre el rebelde Ejército de Liberación Nacional (ELN) y el gobierno de Colombia, paralelo al que se desarrolla en La Habana desde hace más de siete meses.
"De nuestra parte pondremos todo lo que esté a nuestro alcance para que las conversaciones entre la organización hermana y el gobierno colombiano den inicio efectivo", dijeron las Farc en un comunicado leído a la prensa por Pablo Catatumbo, integrante de su delegación en las pláticas con el gobierno colombiano, en el Palacio de las Convenciones de la capital cubana.
Catatumbo expresó su "justificada alegría" por la celebración hace unos días de una "cumbre de los comandantes" del Eln y las Farc, que "ratifica el compromiso histórico de los contingentes 'elenos' y 'farianos' con la paz con justicia social, y con todas las iniciativas populares que en torno al tema se dan (...), incluyendo la propuesta de una Asamblea Nacional Constituyente por la Paz".
La Constituyente ha sido planteada desde el 11 de junio por la delegación de paz de las Farc, pero ha sido tajantemente rechazada por la delegación oficial, que encabeza Humberto de la Calle.
Las Farc, fundadas en 1964, son la principal guerrilla de Colombia y la más antigua de América Latina, con unos 8.000 combatientes.
Este grupo abrió en octubre de 2012 en Oslo los diálogos de paz con el gobierno de Juan Manuel Santos en busca de una salida pacífica al conflicto armado, que en noviembre se trasladaron a La Habana.
Por su lado, el ELN (guevarista), con unos 2.500 integrantes y que opera desde 1965, es la segunda guerrilla de Colombia y ha manifestado su disposición a emprender negociaciones de paz con el gobierno de Santos, que las ha condicionado a la liberación de todos los secuestrados.
El ELN mantiene secuestrado desde enero al canadiense Jernoc Wobert y desde mayo al cabo del Ejército Carlos Fabián Huertas.
El conflicto armado en Colombia, en el que también han participado grupos paramilitares de derecha y organizaciones de narcotraficantes, ha dejado más de 3,7 millones de desplazados, 600.000 muertos y 15.000 desaparecidos en casi 50 años.