Expresidente Portillo condenado a 70 meses de cárcel | El Nuevo Siglo
Jueves, 22 de Mayo de 2014

El expresidente guatemalteco Alfonso Portillo (2000-2004) fue condenado este jueves a cinco años y diez meses de prisión por "conspiración para cometer lavado de dinero" por un juez federal estadounidense en Nueva York, en un caso inédito para América Latina.

Portillo, extraditado desde su país en mayo del año pasado, se había reconocido culpable en marzo pasado de haber querido lavar en bancos estadounidenses 2,5 millones de dólares en sobornos pagados por el gobierno de Taiwán para que Guatemala reconociera de forma diplomática a la isla.

Portillo, de 62 años y presente en la audiencia en los tribunales del sur de Manhattan, se encuentra detenido desde enero de 2010, por lo que deberá permanecer en prisión durante un año y medio más, tras la sentencia dictada por el magistrado Robert Patterson.

"No fue un error, fueron cinco errores durante un largo periodo de tiempo", dijo el juez, al referirse a los cinco cheques por medio millón de dólares cada uno recibidos por Portillo de parte de Taiwán entre 1999 y 2002 y la posterior conspiración para lavar ese dinero.

Primer exgobernante latinoamericano en ser entregado por su propio país a la justicia de Estados Unidos, además de los 70 meses de prisión sin posibilidad de libertad condicional, Portillo deberá pagar a Estados Unidos la suma de 2,5 millones de dólares.

Pattterson justificó la condena por el cargo que ocupaba Portillo como "máximo responsable del ejecutivo", la duración del delito y el "abuso de confianza" en el que incurrió, rechazando el pedido de la defensa de considerar la pena cumplida y dejarlo en libertad.

Vestido con traje oscuro, camisa y corbata, Portillo escuchó la sentencia sin reaccionar, tras haberse defendido con un discurso de neto corte político en la larga audiencia que duró cuatro horas, constató la AFP.

"Los cuatro años y medio encarcelado han sido de gran enseñanza para mi pero también de gran dolor para mi familia", dijo en español el expresidente, aclarando que no buscaba "justificar" su "delito" sino otra "oportunidad".

- Una sentencia con impacto mundial -

Antes, su abogado David Rosenfield intentó convencer al juez de que su defendido había cometido "un serio error" que había pagado de manera "suficiente" con 52 meses de cárcel.

"Merece su largamente esperada libertad ahora", afirmó Rosenfield, leyendo cartas de familiares y simpatizantes de Portillo, cuya honestidad fue cuestionada por el juez Patterson por contener "citas y frases parecidas".

De su lado, la fiscalía recordó al magistrado el "impacto de esta sentencia" para el mundo por tratarse de un "presidente corrupto", y le pidió adoptar la máxima condena prevista en las directrices para el cargo de "conspiración para cometer lavado de dinero" (71 meses), algo a lo que prácticamente accedió Patterson.

"Este no es un error, esta es la historia de la presidencia de Alfonso Portillo", dijo el fiscal Adam Fee ante una sala en la que se encontraban familiares y allegados del acusado, como su hermana Edna, además de más de una decena de periodistas.

"Aceptó poner un valor en dólares a la política exterior de su país", agregó Fee.

Queda por resolver si Portillo cumplirá el resto de su sentencia en Estados Unidos o en Guatemala, ya que la defensa argumentó al final de la audiencia que el acuerdo de extradición indicaba esto último.

Portillo, que pertenecía al Frente Republicano Guatemalteco (partido fundado por el exdictador Efraín Ríos Montt), estaba acusado originalmente del delito de conspiración para lavar 70 millones de dólares en bancos norteamericanos durante su gestión.

En un principio el exmandatario se había declarado "no culpable" de todos los cargos en su contra, pero luego modificó su posición tras negociar con la fiscalía un compromiso en el que sólo aceptó la imputación de lavado de dinero de los 2,5 millones de dólares de sobornos de Taiwán.

En 2011, Portillo fue absuelto en tribunales guatemaltecos por el supuesto desfalco de unos 15 millones de dólares en el Ministerio de la Defensa en 2001, pero no recobró su libertad por la petición estadounidense de extradición.