Las autoridades estadounidenses permitieron el retorno de algunos de los residentes que fueron desplazados de West, Texas (sur de Estados Unidos), donde la noche del miércoles se registró una explosión en una fábrica de fertilizantes que dejó al menos 12 muertos, según fuentes oficiales.
La casi totalidad de las 60 personas reportadas como perdidas fueron encontradas a salvo en hoteles de la zona o en residencias de amigos.
"Podrían haber terminado siendo una o dos personas perdidas, pero aún no puedo decir eso", dijo Scott Felton, juez del condado de McLennan.
Aunque los residentes están ansiosos de recuperar sus pertenencias y empezar la reconstrucción de sus hogares, solo pudieron regresar a sus casas una parte de los evacuados.
El alcalde de West, Steve Vanek, pidió a los ciudadanos "ser pacientes y solidarios".
"Estamos pasando por un momento difícil aquí y estamos trabajando diligentemente para que cada uno de ustedes vuelva a sus hogares", indicó Vanek.
Imágenes aéreas publicadas en internet muestran algunas casas aplastadas, un complejo de 50 apartamentos destruido y metales retorcidos de la fábrica de fertilizantes, una de las principales fuentes de empleo de la ciudad.
La explosión ocurrida en West, un suburbio de Waco (Texas), sacudió al país apenas dos días después de los atentados en el maratón de Boston, ataques que dejaron tres muertos y 180 heridos el lunes.
Todo indica que el suceso fue causado por un accidente provocado por un incendio, en una planta con grandes cantidades de amoníaco, pero la investigación está en curso.
El jefe policial dijo que los investigadores "van a tomar el tiempo necesario (...) para determinar qué sucedió y asegurarse que no haya ningún delito penal".
Ya son 12 los muertos a causa de la deflagración, dijo el viernes un portavoz del gobierno de estatal, entre ellos un mexicano que vivía en los alrededores de la planta.
El balance todavía no es definitivo pues se mantienen las operaciones de búsqueda en esta localidad, hoy devastada, que cuenta con 2.800 habitantes.
Jerry Willienberg, de 60 años, quien trabajó como contratista para la planta manejando camiones que contenían amoníaco, insistió que tantos los dueños de la planta como los trabajadores siempre tomaban las medidas de seguridad.
"Allí (en la fábrica), la seguridad estaba siempre primero, todo el tiempo", dijo.
Sin embargo, en 2012, la compañía fue multada por 10.100 dólares por parte de la Administración de Seguridad de Oleoductos y Materiales Peligrosos por etiquetar mal tanques de carga y fallar en la implementación de un plan de seguridad adecuado.
En la noche del viernes, el presidente de EEUU, Barack Obama, aseguró a las víctimas de la explosión que no serán olvidadas, luego de una semana en la que la atención de los medios de comunicación estuvo focalizada en los atentados de Boston.
"Tenemos también una colectividad en el estado de Texas que fue devastada por un terrible accidente", declaró Obama al concluir en la noche del viernes una intervención consagrada en gran parte a la captura en los suburbios de la capital de Massachusetts del segundo sospechoso de los ataques con bombas del lunes en la maratón de Boston.
Obama, que decretó el estado de emergencia en Texas para liberar fondos de asistencia federal, dijo que con los hechos de Boston y West Estados Unidos había vivido "una semana difícil", pero remarcó que el país tiene "carácter" suficiente como para superarlos./AFP