Los islamistas somalíes shebab lanzaron el martes por la noche un ataque con bombas contra el palacio presidencial, durante el cual hombres armados lograron penetrar en el complejo fortificado y detonaron sus cinturones explosivos.
Ni el presidente de Somalia, Hasan Sheij Mohamud, ni el primer ministro, Abdiweli Sheij Ahmed, se encontraban en el palacio cuando los islamistas shebab lanzaron el asalto, indicaron fuentes de seguridad. Ambos están a salvo en una base de la fuerza de la Unión Africana AMISON, que cuenta con 22.000 efectivos, según estas fuentes.
"Había al menos nueve asaltantes, todos han muerto, y la situación está bajo control, el ataque ha finalizado", dijo el responsable de seguridad Abdi Ahmed a la AFP.
"Hubo ocho explosiones hacia el final de los combates, posiblemente de cinturones explosivos. Los han detonado ellos", añadió.
Un portavoz de los shebab confirmó que el grupo, vinculado con Al Qaida, era responsable de los ataques y aseguró que sus comandos habían logrado hacerse con la oficina del presidente dentro del complejo conocido como Villa Somalia.
"Nuestros combatientes están en el interior del denominado palacio presidencial", declaró a la AFP Abdulaziz Abu Musab. "Controlamos el cuartel general del régimen apóstata", añadió.
"Nuestro enemigo ha sufrido importantes pérdidas durante la operación. El asalto es una victoria porque el gobierno instalado por los extranjeros dijo que había reforzado la seguridad", añadió.
La policía indicó que los asaltantes lanzaron un doble ataque contra el complejo. Primero detonaron una bomba en la parte trasera del palacio y luego irrumpieron dentro a través de otra entrada.
Testigos indicaron que pudieron oír intensos tiroteos y varias explosiones, antes de que finalizaran los combates una hora después.
El palacio presidencial fue blanco de un ataque similar en febrero, perpetrado por los shebab, que en mayo atacaron el parlamento.
Expulsados de la capital en 2011 por la fuerza AMISOM y de la casi totalidad de sus bastiones del sur y del centro de Somalia, los shebab siguen controlando amplias zonas rurales.
Privilegian ahora las acciones de guerrilla y los atentados, en particular contra la capital y las instituciones del país, en guerra civil desde 1991.