Una poderosa explosión se produjo el miércoles por la noche en una planta de fertilizantes cerca de Waco (Texas, sur de Estados Unidos) cuya onda expansiva dañó numerosas viviendas de los alrededores y dejó un saldo provisorio de entre 5 y 15 muertos y más de 160 heridos, según un primer balance oficial anunciado este jueves.
La explosión provocó una bola de fuego de unos 30 metros de ancho que luego dio paso a una nube en forma de hongo, según testigos. "Es como si una bomba nuclear hubiera estallado", declaró a CNN Tommy Muska, el alcalde de West, localidad de unos 2.500 personas en la que se produjo la catástrofe.
El balance "es estimado por el momento en entre cinco y 15 muertos", dijo ante la prensa el sargento Patrick Swanton, precisando que estas cifras pueden variar con el correr de las horas.
Informó además que más de 160 personas habían sido tratadas en los tres hospitales de la región por presentar heridas de diversa entidad.
El papa Francisco llamó este jueves a unirse a él en la oración por las víctimas de esta explosión. En un mensaje en la red social Twitter escrito en inglés para sus más de cuatro millones de seguidores en el mundo, el Papa escribió: "les ruego que se unan a mí en la oración por las víctimas de la explosión en Texas y por sus familias".
Tras una noche agotadora, los socorristas continuaban en la mañana de este jueves esforzándose por manejar la situación en el lugar, mientras que el fuego aún seguía devastando las instalaciones de la planta.
La calidad del aire debido al humo potencialmente tóxico que se desprende del lugar del siniestro seguía siendo una de las principales preocupaciones, según Swanton, quien afirmó que en función de los vientos se podría disponer de nuevas evacuaciones de pobladores de la zona.
Teresa Wallace y su sobrina pudieron evitar lo peor de la explosión, pero sin embargo recibieron la orden de evacuar su domicilio antes del amanecer. "La puerta del garaje y la chimenea hicieron implosión, pero permanecimos en el interior hasta que la policía vino a golpearnos la puerta", señaló la mujer.
Ella y su sobrina abandonaron su domicilio con apenas lo puesto para alojarse en una de las últimas habitaciones disponibles en un hotel de la esquina de su casa. Wallace se dio cuenta en el lugar que no tenía consigo su carné de identidad ni sus tarjetas de crédito. Un desconocido pagó la cuenta por ella.
"West es una buena ciudad, los vecinos se ayudan unos a otros. Deberemos ayudarnos mutuamente para superar esto", añadió.
Por la mañana, los bomberos continuaban revisando las viviendas del lugar puerta por puerta en búsqueda de potenciales víctimas del siniestro.
Escuelas cerradas jueves y viernes
La noche del miércoles, la cadena local KWTX y un responsable de un hospital de Waco habían informado que el número de muertos podría ascender a entre 60 y 70 personas, citando ambos al director de los servicios de urgencia de West, George Smith.
Interrogado posteriormente por esa cifra de víctimas, D.L. Wilson, portavoz de Seguridad Pública de Texas, dijo que no podía "confirmar ni desmentir" ese dato. "Hay muertos. El número aún no es definitivo. Podría aumentar rápidamente. Las investigaciones están en marcha", precisó.
Las escuelas han sido cerradas este jueves y el viernes, anunció a la AFP la comisaria Marty Crawford, precisando que "el colegio actualmente está en llamas".
El estallido se produjo en una fábrica de fertilizantes el miércoles hacia las 20H00 (01HOO GMT del jueves), indicó telefónicamente a la AFP el portavoz de los bomberos Don Yeager, precisando que el origen aún no ha sido establecido.
"La explosión provocó el incendio de estructuras adyacentes a la fábrica", agregó.
El siniestro ocurre dos días después del atentado perpetrado en la línea de llegada de un maratón en Boston (noreste) que dejó tres muertos y más de 180 heridos.
"Es una escena de devastación", dijo por su lado Patrick Swanton, de la policía de Waco, subrayando que se desconoce el origen del incendio y que era imposible a esta altura decir si se trata de un accidente o de un acto criminal.
"Terminé tirada en el piso"
Según la prensa local, las ventanas de las viviendas en los alrededores estallaron por la onda expansiva.
"Terminé tirada en el piso. Es como si hubiesen levantado la carretera", relató a CNN Cheryl Marich, cuya casa fue destruida.
Otro testigo, Bill Bohannan, contó al Waco Tribune-Herald que "cada vivienda en unas cuatro calles alrededor fue afectada".
Crystal Anthony, quien integra la junta del distrito escolar de West, dijo que ella y su hija fueron "arrojadas" al piso por la fuerza de la explosión a pesar de que estaban a varias cuadras de la planta.
El próximo viernes se cumplen 20 años de la muerte de más de 80 personas en Waco como resultado del asalto de las autoridades contra el rancho de la secta de los Davidianos.