Mientras la oposición siria criticó el informe de los observadores árabes sobre su misión en Siria, tildándolo de "paso atrás en los esfuerzos de la Liga Árabe" tras meses de violenta represión, crece la expectativa sobre si el presidente Bashar el Asad en un discurso anunciado para hoy aborde dicho tema.
Turquía, que ha reclamado varias veces la renuncia de Asad, llamó a la oposición a resistir por "vías pacíficas", tras un encuentro con el principal grupo opositor, el Consejo Nacional Sirio (CNS).
El primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, alertó contra una "guerra civil y de religiones" en Siria.
El papa Benedicto XVI, por su parte, llamó este lunes a la apertura de "un diálogo fructífero entre los actores políticos" en Siria en presencia de "observadores independientes" y reiteró su llamado a poner "fin al derramamiento de sangre".
Con una violencia que no decae y un aumento de la presión contra el régimen, "el presidente Bashar el Asad debe pronunciar el martes por la mañana un discurso en el que hablará de las cuestiones internas en Siria y el desarrollo de la situación en la región", anunció el lunes por la noche la agencia oficial Sana.
Al día siguiente de que el comité ministerial árabe encargado de Siria examinase en El Cairo el informe de los observadores, el CNS aseguró que ese trabajo "representa un paso atrás en los esfuerzos de la Liga y no refleja la realidad constatada por los observadores sobre el terreno".
Criticando la ineficacia de la Liga Árabe a la hora de tratar de frenar la sangrienta represión, la oposición reclamó el traslado del caso al Consejo de Seguridad de la ONU y la "creación de zonas de seguridad y de exclusión aérea" para proteger a los civiles.
Los Hermanos Musulmanes, miembros del CNS, denunciaron por su parte un informe que "equipara al verdugo y a la víctima y hace un paralelismo entre la máquina de matar oficial, con los tanques y los cohetes, y las operaciones individuales de autodefensa".
AFP