El partido Unión Patriótica (UP), exigió al Gobierno reconocer formalmente que hubo un genocidio en su contra, a la vez que negó cualquier vínculo con las Farc.
"El Estado colombiano tiene la obligación de reconocer el genocidio que se cometió contra la UP y brindar una reparación integral tanto a las víctimas como al partido", dijo a la AFP el presidente de esa agrupación política Omer Calderón.
La UP fue fundada en 1985 durante el primer proceso de paz intentado por las comunistas Farc con el entonces presidente Belisario Betancur.
Pero el partido fue blanco de una oleada de violencia, atribuida a grupos paramilitares de derecha, que produjo la muerte de más de 3.000 de sus dirigentes, militantes y simpatizantes.
Las milicias paramilitares, agrupadas en las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), se desmovilizaron en 2006, y desde entonces han surgido numerosos escándalos sobre sus lazos con autoridades militares y políticas, entre éstas algunos sectores cercanos al gobierno del expresidente Alvaro Uribe (2002-2010).
Recientemente, la justicia restituyó a la UP la personalidad jurídica que había perdido en 2002 por no alcanzar un mínimo en el umbral electoral.
Ese reconocimiento político ha sido interpretado como una señal de respaldo al actual proceso de paz entre las FARC y el gobierno del presidente Juan Manuel Santos, iniciado en 2012 en Cuba.
Aunque la UP aún no ha decidido si participará en las elecciones legislativas y presidenciales del año próximo, Calderón consideró que "con el proceso de La Habana se puede converger en una gran coalición progresista".
"Compartimos con las FARC, como con el conjunto de fuerzas politícas y sociales, que en Colombia se requieren muchos cambios", dijo Calderón.
El dirigente político lamentó, a la vez, que se siga señalando "de manera errónea y tendenciosa que tenemos vinculos con las FARC, cosa que es totalmente falsa".
"La UP no es las FARC y ni un solo voto de la UP se conquistó por la vía de la presión armada. Por el contrario, las armas han sido utilizadas contra la UP", enfatizó.
Antes de su desaparición, la UP logró elegir a una veintena de parlamentarios, uno de ellos el actual jefe de la delegación de las FARC en La Habana, Iván Márquez, así como unos veinte alcaldes y más de 300 consejeros municipales.
Su candidato presidencial Jaime Pardo obtuvo el tercer lugar en las presidenciales de 1986, pero fue asesinado un año más tarde. También Bernardo Jaramillo, aspirante a la presidencia por la UP, fue asesinado en 1990.