Europa no dejará "ni de forma accidental, ni en forma premeditada" que Grecia entre en default, aseguró este viernes una fuente europea, una semana antes de que el país enfrente un importante vencimiento de su deuda.
"No habrá default accidental ni premeditado en Grecia", afirmó la fuente, tres días antes de una reunión clave de ministros de Finanzas de la zona euro, en la que debatirán las últimas "acciones" del gobierno griego: la aprobación en el Parlamento de un paquete de recortes y reformas por 18.100 millones de euros de aquí a 2016, y la votación el domingo del presupuesto estatal para 2013.
La fuente enfrió todas las expectativas de que se alcance un acuerdo el lunes, como estaba previsto.
Durante la reunión de los ministros de Finanzas en Bruselas el lunes "no habrá una decisión sobre el desbloqueo" de los 31.200 millones de euros correspondientes al siguiente tramo de la ayuda acordada por la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Grecia temía esa falta de acuerdo, ya que el 16 de noviembre afronta un vencimiento de deuda a corto plazo de 4.100 millones de euros.
Sin embargo, la agencia griega de gestión de deuda pública anunció sorpresivamente este viernes que el martes emitirá 3.125 millones en letras a uno y tres meses, que le permitirán salvar la temida fecha del 16 de noviembre.
La aprobación el miércoles pasado de las reformas y del presupuesto de 2013 el próximo domingo son las condiciones que impuso la UE y el FMI para la entrega del nuevo tramo, pendiente desde junio.
Pero el asunto clave que paraliza el avance de las negociaciones sobre Grecia es las dudas sobre la "sostenibilidad de la deuda griega", explicó.
El informe de la troika de acreedores institucionales (el FMI, el BCE y la UE) sobre la sostenibilidad de la deuda griega "aún no está listo".
"Una vez que haya un acuerdo en que la evolución del ratio deuda-PIB sobre un período de tiempo es sostenible, podremos decir que estamos listos para desembolsar la ayuda", señaló.
En ese sentido, "habrá probablemente una segunda ronda" de negociaciones después del 12 de noviembre para terminar con todo, aclaró la fuente.
"Teniendo en cuenta las fechas de vencimientos" que enfrenta Grecia, precisó.
Cuatro años después del inicio de la crisis financiera internacional en Estados Unidos, Grecia está mucho más endeudada ahora que al comienzo del plan de rescate internacional acordado en mayo de 2010 para evitarle la bancarrota y con ella una eventual desintegración de la zona euro.
Tras las dos líneas de crédito concedidas por la UE y el FMI que suman 240.000 millones de euros en total, la deuda griega no para de crecer.
Mientras la deuda representaba el 129% del PIB en 2009, este año va a terminar en torno al 170% del PIB.
Las previsiones a largo plazo de la deuda griega son más bien alarmantes, muy lejos del objetivo del 120% del PIB en 2020, fijado por los acreedores el pasado invierno para la concesión de un segundo rescate.
El país está inmerso en una recesión que adquiere tintes de una gran depresión -desde 2008 el PIB ha caído cerca del 22% y solo este año se espera un repliegue del 7%-, con los indicadores de empleo y producción industrial en caída libre.
En su último informe publicado en octubre, el FMI estima que la deuda griega será del 170,7% del PIB en 2012, y del 181,8% en 2013, antes de descender gradualmente hasta el 152,8% del PIB en 2017. Una cifra demasiado alta para el Fondo.
La votación del presupuesto el domingo también es clave para que la zona euro le conceda a Grecia dos años más (2016 en lugar de 2014) para reducir su déficit a cerca de 3%, y así darle cierto respiro al país.
El problema es que esa prórroga de dos años implicaría casi con seguridad más financiación de la zona euro, lo que parece bastante difícil de lograr, sobre todo en Alemania, donde la opinión pública está cansada de financiar a Grecia.