Tras la cumbre destinada a calmar la ansiedad de los mercados y ante el riesgo de propagación de la crisis de la deuda en la región, se propone instaurar una tasa a las transacciones financieras para los bancos de la Zona Euro.
La idea fue presentada entre el presidente francés Nicolás Sarkozy y la jefa del gobierno alemán Ángela Merkel, quienes volvieron a poner de moda una proposición formulada en 1972 por el Premio Nobel de Economía James Tobin, que siempre se enfrentó a la hostilidad de los mercados.
Los dos dirigentes no precisaron las modalidades de esta medida, aunque una de las posibilidades, popularizada por el economista James Tobin, consiste en imponer una tasa muy baja a los movimientos internacionales de capitales.
James Tobin, primer conceptualizador de la tasa, había imaginado un leve gravamen que se aplicaría sólo a las transacciones sobre las monedas y cuyo objetivo doble sería frenar la especulación a corto plazo y financiar la ayuda a los países pobres.
Quienes la criticaban subrayaban la imposibilidad de aplicar esa tasa en el ámbito mundial y las amenazas de éxodo de los capitales que provocaría.
Sin embargo, la canciller alemana ha dicho que esa tasa es una "necesidad evidente", muy esperada por los mercados financieros que necesitan certezas sobre la crisis de las deudas soberanas en la Eurozona. Además, Sarkozy y Merkel precisaron que la proposición será sometida a partir de septiembre a las instancias europeas.
Otras propuestas de los dirigentes para enfrentar la crisis de la deuda en la Eurozona, son: la adopción en un plazo de un año, de la "regla de oro" que obliga al equilibrio presupuestario anual y crear un "impuesto a las empresas común", con armonización de bases tributarias.