El ex primer ministro italiano Silvio Berlusconi advirtió que el euro podría fracasar si no se concreta una reorganización radical de la Unión Europea (UE).
En declaraciones al programa Newsnight de la BBC, el ex 'Cavaliere' arremetió contra el expresidente francés Nicolas Sarkozy, así como negó haberle dedicado groseros insultos a la canciller alemana, Angela Merkel.
Berlusconi, controvertido político, magnate de la televisión y propietario del AC Milan de fútbol, dijo al presentador Jeremy Paxman que "la política económica desequilibrada" de la UE plantea una amenaza para la existencia de la zona euro, pocos días antes de las elecciones parlamentarias europeas.
"Necesitamos un cambio radical, de lo contrario la situación económica nos obligará, tanto al nuestro como a otros países, a abandonar el euro y volver a nuestras monedas nacionales", advirtió.
Sobre las acusaciones de haber utilizado terminología muy ofensiva sobre el atractivo sexual de Merkel, publicada en diarios italianos en 2011, afirmó que entonces era blanco de una campaña de desprestigio.
"Nunca he tenido ningún problema con Angela Merkel", afirmó. "En 20 años en política nunca he insultado a nadie, y esta acusación fue hecha por alguien que quería poner a Angela en mi contra", se defendió.
Berlusconi, inhabilitado para ejercer cargos públicos tras la condena por fraude fiscal que le fue impuesta el año pasado, se ensañó con el expresidente francés Nicolas Sarkozy, sobre sus esfuerzos para derrocar al líder libio Muamar Gadafi, en 2011.
"Él (Sarkozy) temía que a causa de mi amistad con Gadafi, Libia dejara de suministrar petróleo y gas a Francia", dijo a la BBC en la entrevista realizada en Milán.
"Entonces, actuó antes que otros países para atacar a Libia y Gadafi, lo que creo que fue un gran error", subrayó.
Asimismo, el expresidente del Consejo italiano en tres ocasiones insistió, como lo hiciera la semana pasada a un diario alemán, contra las sanciones impuestas por la UE a Rusia, al presidente Vladimir Putin y su entorno, a causa de la crisis en Ucrania./AFP