La economía de Estados Unidos ganó velocidad en el segundo trimestre y más que duplicó su expansión respecto al primero al aumentar los gastos de defensa y el consumo, según datos divulgados el viernes.
El PIB de la mayor economía mundial creció 2,6% entre abril y junio contra 1,2% en los primeros tres meses del año, informó el Departamento de Comercio.
Este resultado, que es preliminar y tendrá dos revisiones, está dos décimas de punto por debajo de las expectativas y muestra que la economía estadounidense enfrenta viento en contra.
Un creciente déficit comercial así como menores ventas de viviendas, inventarios de empresas y gastos de gobiernos estatales y locales, pesaron en el crecimiento, dijo el Departamento de Comercio.
Luego de un pobre comienzo de año, muchos economistas esperaban un repunte, dado que usualmente los primeros trimestre han sido de bajo crecimiento en los años recientes.
Sin embargo, el resultado del segundo trimestre sumado al bajo del primero, hizo que en el primer semestre la economía de Estados Unidos haya crecido apenas 1,9%; una tasa superior a la de 1,5% del año pasado pero menor al promedio de 2,2% de los tres años anteriores.
- Más gasto en defensa -
El gasto el defensa propulsó el crecimiento trimestral: aumentó a 5,2%, su mayor tasa en cinco años y más que compensó la caída de 1,9% del gasto no militar y que fue la mayor desde 2013.
El consumo, pulmón del PIB estadounidense, subió 2,8% desde 1,9% en el primer trimestre. También avanzó la exportación de servicios con un crecimiento de 6,5% que es el más elevado en más de cuatro años.
Sin embargo, las ventas de viviendas tuvieron su mayor caída en siete años al bajar 6,8%.
"No hay razones para preocuparse porque la economía se acelere hacia un crecimiento no sostenible y tampoco hay razones para preocuparse por una recesión", dijo el economista Chris Low de FTN Financial.
El presidente Donald Trump prometió llevar el crecimiento en Estados Unidos a 3% o más con recorte de impuestos, más gasto en infraestructura y eliminación de reglamentaciones económicas.
No obstante, la agenda de Trump sigue demorada al fracasar los intentos por reformar el sistema de atención medica instaurado por su antecesor Barack Obama.
"Eso ha arrojado un balde agua fría a las esperanzas en una agenda a favor del crecimiento", dijo en una nota la economista Diane Swonk. "De hecho la incertidumbre política, que es un lastre al crecimiento, está midiéndose al alza", añadió.
- Implicaciones para la Fed -
Entretanto la Reserva Federal (Fed) subió dos veces las tasas de interés en lo que va del año tras considerar que el tímido crecimiento del primer trimestre fue meramente circunstancial.
Mientras los datos más recientes confirman eso, los directores de la Fed tienen ante sí señales que podrían socavar su objetivo de seguir endureciendo la política monetaria con un nuevo aumento de tasas este año.
La inflación subyacente, que excluye los precios más volátiles, subió apenas 0,9% en el segundo trimestre; su menor aumento desde 2010.
Y este viernes el Departamento de Trabajo dijo que sueldos y salarios atenuaron su crecimiento en el segundo trimestre al subir 0,5% contra 0,8% en el primero.
Aún cuando analistas esperan que la tasa de paro, que actualmente es de 4,4%, siga disminuyendo, igualmente están intrigados por la falta de señales de aumentos de la inflación y de los salarios.
"El ritmo trimestral de endurecimiento (monetario) iniciado en diciembre podría ser mucho y muy prematuro lo cual resultaría en una declinante inflación", dijo Low.
"Este informe (del PIB) podría dar razones para pensar que la Fed no aumente las tasas en la segunda mitad del año", agregó.