Una reunión urgente del Consejo de Seguridad de la ONU y de la Liga Árabe pidió la oposición siria, tras denunciar la muerte de 250 personas en 48 horas, "masacradas" por el régimen, un día antes de la llegada de los observadores árabes que buscarán poner fin a la violencia.
Por su parte Estados Unidos advirtió que si el gobierno sirio no implementa en su totalidad el plan de la Liga Árabe para contener la violencia "la comunidad internacional tomará medidas adicionales para presionar al régimen de Asad para que detenga la represión".
"Los actos repulsivos y deplorables" cometidos contra la población civil en la represión de la revuelta contra el gobierno, violando "de manera flagrante" el plan árabe para salir de la crisis, firmado por Asad, muestran que "no merece gobernar Siria", afirmó el portavoz de la Casa Blanca Jay Carney en un comunicado.
Con 123 civiles muertos, según militantes, el martes fue uno de los días más sangrientos desde el comienzo, a mediados de marzo, de la revuelta.
La represión de esta rebelión popular ha causado más de 5.000 víctimas mortales, según la ONU.
Estos actos violentos se producen la víspera de que llegue a Siria una misión de observadores árabes para evaluar la situación sobre el terreno e intentar poner fin al derramamiento de sangre.
Veintidós personas murieron el miércoles en enfrentamientos y por disparos de ametralladora en la provincia de Deraa (sur), cuna de la rebelión popular lanzada hace nueve meses contra el régimen del presidente sirio Bashar al Asad, informó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).
El OSDH asegura además que "las fuerzas de seguridad atacaron la mezquita Omari en Dael".
De acuerdo con la ONU, los conflictos entre fuerzas gubernamentales, población civil y desertores del ejército ya dejaron un saldo de más de 5.000 muertos desde el mes de marzo.
El CNS pidió al Consejo de Seguridad de declarar "zonas de seguridad" a las aldeas y ciudades atacadas para que se puedan beneficiar de una protección internacional, y obligar a las fuerzas del régimen a retirarse de esas zonas.
El núcleo opositor mencionó un "genocidio en gran escala" y exhortó a agencias humanitarias a intervenir con urgencia.
Ante estas denuncias, el gobierno de Siria acusó a la oposición de sabotear la misión de observadores de la Liga Árabe, que debe comenzar el jueves.
"Después que Siria firmó el protocolo (del plan árabe), el gobierno está plenamente comprometido a facilitar la misión de la Liga Árabe, que debe venir a ver la realidad de la crisis", dijo Jihad Makdissi, vocero de la cancillería siria.
"Lamentablemente, la oposición siria trata sin cesar de sabotear el proceso y de proponer una intervención extranjera en vez de aceptar el llamado a un diálogo", añadió.
En la misma jornada, la embajada de Irán en Damasco informó que cinco técnicos iraníes que trabajaban en un proyecto de central eléctrica fueron secuestrados por desconocidos armados./AFP