La Asamblea General de la ONU aprobó con amplia mayoría una resolución que critica el fracaso del Consejo de Seguridad para lograr el cese del conflicto en Siria y denuncia el bombardeo del ejército a ciudades rebeldes.
El texto, presentado por Arabia Saudí en nombre del grupo de países árabes y que contaba con el respaldo de Estados Unidos y Europa, recibió 133 votos a favor, 12 en contra y 31 abstenciones.
Los miembros de la Asamblea deploraron "el fracaso del Consejo de Seguridad de alcanzar medidas" para obligar al régimen sirio a aplicar las peticiones de la ONU para poner fin a 18 meses de conflicto, según el texto.
Rusia y China vetaron en tres ocasiones resoluciones del Consejo que amenazaban con imponer sanciones a Damasco.
El texto también condenó "el uso de las autoridades sirias de armas pesadas, incluyendo el indiscriminado bombardeo de tanques y helicópteros" y pidió que el gobierno del presidente Bashar al Asad se abstenga de utilizar armas químicas.
Antes de la votación, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, dijo que el conflicto sirio se ha convertido en una "guerra de poderes" y lamentó que el Consejo de Seguridad quedara "paralizado" por las "rivalidades" de las grandes potencias.
"Ahora que la situación sobre el terreno se ha agravado, los intereses inmediatos del pueblo sirio deben prevalecer sobre las rivalidades o las luchas de influencia", aseguró Ban.
Siguen bombardeos
El ejército sirio bombardeó zonas rebeldes cerca de Damasco y en Alepo. Los grupos opositores convocaron a nuevas protestas, como todos los viernes después de la oración semanal en las mezquitas, con la consigna "Deir Ezor - la victoria viene del este", en referencia a la resistencia de esa región del este contra una ofensiva militar.
Los bombardeos y enfrentamientos del jueves dejaron 179 muertos, según una ONG siria.
El viernes, el ejército y los rebeldes se enfrentaron en el barrio Tadamún de Damasco, vecino del campo de refugiados palestinos de Yarmuk, donde la víspera un ataque de mortero mató a 21 civiles, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).
Los combates estallaron también en los alrededores del aeropuerto militar de Marj el Sultan, en la provincia de Damasco, según esa ONG con sede en Londres.
El ejército rechazó la semana pasada una ofensiva rebelde sobre la capital y trata ahora de acabar con los bolsones de resistencia.
Bombardeo de Alepo
El ejército también volvió a bombardear el barrio Salaheidin de Alepo (norte), de acuerdo con reportes del OSDH.
Los insurgentes afirman controlar la mitad de la ciudad, capital económica de Siria. Según una fuente de seguridad, el ejército "observa y prueba el sistema de defensa de los terroristas, trata de descubrir sus escondites antes de aniquilarlos llevando a cabo una operación quirúrgica".
El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) deploró la imposibilidad de hacer llegar a Alepo la ayuda humanitaria debido al bloqueo militar y advirtió sobre un corte de la cobertura móvil e internet. Según el organismo, unos 7.200 habitantes de la ciudad se han refugiado en 45 escuelas y seis dormitorios.
Por otra parte, el OSDH denunció el jueves la "masacre" de "decenas" de civiles y rebeldes en un barrio de Hama (centro) asediado por las fuerzas regulares.
El Ejército Sirio Libre (ESL), formado de desertores y de civiles armados, condenó las ejecuciones sumarias "inaceptables" e "ilegales" y negó toda responsabilidad en el hecho.
Hasta ahora no se ha podido obtener confirmación independiente de esos reportes.
Es muy difícil hacerse una idea clara de la situación militar, debido a la ausencia de fuentes independientes y a las restricciones impuestas a los medios.
Según el OSDH, unas 20.000 personas murieron a causa de la represión y de los enfrentamientos desde el inicio de la rebelión contra Asad, en marzo de 2011.
Frente a la espiral de violencia y al fracaso de los esfuerzos diplomáticos, el mediador de la ONU y de la Liga Árabe, Kofi Annan, tiró el jueves la toalla y fustigó la falta de apoyo de las grandes potencias a su misión.
Annan dijo que presentó su renuncia porque no obtuvo "todos los apoyos que merecía la causa". "Hay divisiones en la comunidad internacional", deploró.
Votación en la ONU
Annan se refería a la incapacidad de los 15 países miembros del Consejo de Seguridad de la ONU de ponerse de acuerdo sobre los medios para solucionar la crisis.
Rusia y China, aliadas de Damasco, opusieron ya su veto a tres proyectos de resolución occidentales contra el régimen sirio.
El plan de paz de Annan, de seis puntos, preveía un cese de los combates y una transición política; pero no llegó a aplicarse, a pesar del apoyo del Consejo de Seguridad.
La ONU prevé ahora iniciar consultas con la Liga Árabe para nombrarle un sucesor.
El régimen sirio y Teherán lamentaron esa dimisión, al igual que sus aliados chinos y rusos, a quienes Estados Unidos considera responsables del impase. Moscú llamó a remplazar "con urgencia" a Annan.
Las divisiones resurgirán de hecho probablemente en la Asamblea General de la ONU.
El proyecto de resolución, redactado por Arabia Saudita junto a otros países árabes y apoyado por Occidente, subraya la preocupación provocada por las armas químicas sirias y llama al cese de los bombardeos de las ciudades.
Moscú, que el viernes acoge a una importante delegación económica siria, indicó que votará en contra.
Según diplomáticos, esta iniciativa refleja la frustración de numerosos países ante el bloqueo en el Consejo de Seguridad. Moscú, que acoge el viernes una importante delegación económica siria, indicó que votaría en contra.
La votación tendrá valor esencialmente simbólico dado que la Asamblea no puede dar más que recomendaciones. Pero podría contribuir a aumentar la presión sobre Damasco si los 193 países miembros votan masivamente a favor del texto, que debe ser adoptado por mayoría, sin posibilidad de veto.
Ante el fracaso del proceso diplomático, Londres se ha comprometido a aumentar en las semanas que vienen su apoyo con material "no letal" a la oposición siria.
Buques de guerra rusos, que maniobran en el mediterráneo, van a efectuar en los próximos días una breve escala en el puerto sirio de Tartus, única base rusa en el Mediterráneo, según el Estado Mayor de las fuerzas armadas rusas. Rusia niega que las maniobras estén vinculadas con la situación en Siria, país al que Moscú sigue entregando armas.