La guerrilla de las Farc anunciaron su equipo de delegados para el proceso de paz que tiene un perfil marcadamente político y de experiencia negociadora, e insistió en pedir como delegado a su comandante Simón Trinidad, preso en Estados Unidos.
El equipo lo integran Iván Márquez, número dos de esa guerrilla, junto a Marcos Calarcá, Andrés París, Simón Trinidad y Ricardo Téllez, cuyo verdadero nombre es Rodrigo Granda, según indicó el propio Calarcá en una entrevista telefónica desde La Habana.
Este grupo principal estará acompañado por los comandantes Jesús Santrich, Hermes Aguilar, Rubén Zamora y Bernardo Salcedo, como asesores.
Aunque Trinidad cumple una condena en Estados Unidos, Calarcá señaló que su participación en la mesa "se discutirá una vez se instalen los diálogos", el próximo 8 de octubre en Oslo.
Las conversaciones se desarrollarán posteriormente en La Habana sobre una agenda ya acordada en los pasados seis meses, que incluye el conflicto rural, el narcotráfico, las garantías para la participación política y el abandono de las armas.
Estos nombramientos siguen al anuncio hecho la semana pasada por el presidente Juan Manuel Santos de sus representantes en el proceso de paz, el cuarto que se emprende con las Farc desde los años 1980.
El equipo del gobierno está encabezado por el exvicepresidente Humberto de la Calle, y lo integran también el presidente de la Asociación de Industriales, Luis Carlos Villegas; el excomandante de las Fuerzas Militares, general retirado Jorge Mora; el exdirector de la Policía general retirado Óscar Naranjo; el exministro de Ambiente y excomisionado de paz, Frank Pearl, y el asesor presidencial Sergio Jaramillo, que fue designado como comisionado de paz.
"Los delegados de las Farc son personas que tienen experiencia negociadora. En principio se ven allí representados todos los matices de las FARC", comentó a la AFP el historiador Medófilo Medina, quien conoció personalmente a varios de los máximos comandantes de esa guerrilla y quien hace un año los exhortó públicamente a iniciar un diálogo de paz.
"Márquez y París son considerados como duros y es bueno que estén allí, así como en el equipo del gobierno se encuentra el general Mora. Es con esos sectores que se verá, en el momento de la verdad, hasta dónde llega la apuesta de la paz. Si se escoge sólo a los más asequibles el proceso se hace irreal", opinó Medina.
Márquez, de 57 años, fue negociador en los diálogos de paz de Caracas y Tlaxcala (México) con el gobierno de César Gaviria, entre 1991 y 1992, y estuvo presente en los de San Vicente del Caguán (sureste de Colombia) con el gobierno de Andrés Pastrana (1998-2002).
Calarcá, con una larga estadía en México, ha tenido a su cargo las relaciones internacionales de las Farc en América Latina. "Tiene una visión cosmopolita que resulta útil en un negociador", comentó Medina.
Rodrigo Granda, a veces llamado "el canciller de las FARC", y Andrés París han residido en Venezuela y ninguno de los dos destaca en el terreno militar.
Trinidad, cuyo verdadero nombre es Ricardo Palmera, de 62 años, cumple en Estados Unidos una condena a 60 años de cárcel por el secuestro de tres estadounidenses en Colombia.
La insistencia de la guerrilla para que sea uno de sus voceros principales es un "mensaje simbólico" en el que se cuestiona el papel de Estados Unidos en el conflicto interno de Colombia, consideró Luis Eduardo Celis, investigador de la Corporación Nuevo Arco Iris.
"Desde el punto de vista legal, Trinidad no tiene ninguna posibilidad de salir de la cárcel. Las FARC lo nombran con mucho cálculo y su sola designación interpela a Estados Unidos", dijo Celis a la AFP.
Y en ello coincide Medina. "Es una manera de recordarle a Estados Unidos que tiene que ver con este proceso de paz porque ha tenido que ver en la guerra", dijo.
En los últimos diez años, los de mayores reveses militares para las Farc, Bogotá ha recibido unos 8.000 millones de dólares en ayuda de Washington para el combate al narcotráfico y las guerrillas, a través del Plan Colombia.
Las Farc, fundadas en 1964 y con unos 9.200 combatientes en la actualidad, son la guerrilla más antigua de América Latina.