El papa Francisco manifestó en el avión que lo lleva a Chile su temor a que "un incidente" desencadene una guerra nuclear en algún lugar del planeta.
"Sí, realmente tengo miedo. Estamos al límite. Basta un incidente para desencadenar la guerra. No se puede correr el riesgo de que la situación precipite. Por lo tanto es preciso destruir las armas nucleares", dijo este lunes a bordo del avión que lo lleva a Chile, primera etapa de su sexto periplo a América Latina, que incluye también Perú.
El papa argentino, que despegó a las 08H00 GMT del aeropuerto de Fiumicino de Roma rumbo a Santiago, distribuyó a los 70 periodistas que lo acompañan una foto tomada en Nagasaki tras la explosión en 1945 de la bomba atómica con la leyenda "fruto de la guerra", escrita de su puño y letra.
En la foto, que había sido ya difundida por la oficina de prensa del Vaticano al terminar el año 2017, se ve a un niño con el cuerpo de su hermano muerto en la espalda en una fila para cremarlo.
Al sobrevolar Brasil, el vicario de Cristo envió como es costumbre un mensaje al presidente Michel Temer y al pueblo brasileño, asegurándoles que reza "por la paz y el bienestar de la nación", antes de despachar otro telegrama al sobrevolar Paraguay con su "bendición divina de paz y fortaleza".
Durante su estancia de tres días en Chile, Francisco se reunirá con autoridades, comunidades indígenas, religiosos y pobres, en Santiago, Temuco (800 km al sur de Santiago) e Iquique (1.800 km al norte), donde realizará multitudinarias misas, en las que las autoridades chilenas esperan asistan más de 1,2 millones de personas.
"Ya está todo preparado para recibirlo en Santiago, Temuco e Iquique", dijo la portavoz oficial del gobierno chileno Paula Narváez.
Abusos sexuales
Es la segunda visita de un pontífice a Chile tras la de Juan Pablo II en 1987. "Es un país muy distinto al que conoció Juan Pablo II cuando aún luchábamos contra la dictadura", agregó Narváez.
El papa argentino, de 81 años, que estuvo en Chile cuando era seminarista, se encontrará con la población más desconfiada con la iglesia Católica de Latinoamérica, según un reciente estudio.
Los abusos sexuales en el seno de la iglesia han contribuido a esta percepción.
Un grupo de activistas de varios países pidieron este lunes al papa en Santiago que cambie "perdones por acciones" para desterrar la pederastia y lanzaron una organización internacional contra el abuso infantil que pretende acabar con estas prácticas y sentar en los tribunales a los culpables.
"En Chile hay obispos que han encubierto y que deberían estar en la cárcel o deberían estar destituidos y le pedimos al papa concretamente en Chile, acciones, no perdones", lanzó Juan Carlos Cruz, integrante de la Fundación para la Confianza.
Durante los tres días que permanecerá en Chile, Francisco se reunirá con víctimas de la dictadura, pero no está previsto que lo haga con víctimas de sacerdotes pederastas.
Cambio social
El papa llega a un Chile en pleno cambio social que acaba de aprobar el aborto terapéutico y tramita en el Parlamento el matrimonio homosexual, tras la adopción de la unión civil de parejas del mismo sexo.
Su primera actividad en Santiago será un encuentro con la presidenta socialista Michelle Bachelet, agnóstica confesa e impulsora de esta transformación social, que entregará el poder el 11 de marzo al conservador Sebastián Piñera.
Grupos de laicos, movimientos proabortistas, feministas y de homosexuales anunciaron manifestaciones contra la visita de Francisco.
El descontento por su visita se hizo más evidente con ataques a cinco iglesias que tuvieron lugar desde el viernes en Santiago y la vecina localidad de Melipilla, que según la policía habrían sido obra de grupos anarquistas. Contra tres de las iglesias se usaron artefactos explosivos incendiarios.
"Papa Francisco las próximas bombas serán en tu sotana", indicó un panfleto dejado por los atacantes.
Uno de los puntos álgidos de la visita será la misa multitudinaria que oficiará en el parque O’Higgins, donde se esperan unas 400.000 personas.
En Temuco, Francisco, que se ha erigido en defensor de los indígenas del continente, denunciará los abusos sufridos por la comunidad mapuche, una minoría cada vez más radicalizada que reivindica sus tierras ancestrales y sus tradiciones.
En vísperas de su viaje, la justicia ordenó el arresto domiciliario nocturno de la machi o líder religiosa mapuche, Francisca Linconao, a la espera del nuevo juicio por el asesinato en 2013 de un matrimonio de ancianos tras el incendio intencional de su vivienda. En una primera instancia, Linconao y otros 10 inculpados, fueron absueltos por la justicia.
El jueves en Iquique, un punto neurálgico de la inmigración, concluirá su visita con otra misa en una playa a orillas del océano Pacífico.
Las autoridades esperan que lleguen a Chile cerca de un millón de argentinos, bolivianos y peruanos para ver al papa, que será resguardado por unos 18.000 policías.
Desde Iquique el papa argentino viajará a un Perú en plena convulsión política y social por el indulto al expresidente Albert Fujimori, que había sido condenado a 25 años por corrupción y crímenes de lesa humanidad.