Hungría aseguró que había sido víctima de las escuchas de Estados Unidos y amenazó con posibles cambios "profundos" en sus relaciones con Washington.
"Es evidente que el servicio de inteligencia estadounidense posee informaciones sobre Hungría", declaró ante la prensa el secretario de Estado, Janos Lazar.
"El escándalo de las escuchas estadounidenses podría modificar profundamente la naturaleza de las relaciones entre Hungría y Estados Unidos", añadió Lazar, encargado del gabinete del primer ministro, Viktor Orban.
El ministro húngaro de Relaciones Exteriores, Janos Martonyi, dijo por su parte que esperaba "poder restablecer el nivel de confianza" entre Hungría y Estados Unidos, dos países "aliados" y "amigos".
Ambos ministros hicieron estas declaraciones tras una reunión de la comisión parlamentaria creada para estudiar las eventuales actividades en Hungría de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) estadounidense, encargada de interceptar comunicaciones.
La comisión, cuyos debates son confidenciales, se estableció en diciembre, después de que salieran a la luz las revelaciones del exagente de la NSA Edward Snowden. La próxima embajadora estadounidense en Budapest, Colleen Bell, ya ha sido convocada a declarar ante la comisión.
El programa de espionaje de la NSA y las protestas que desencadenó su revelación en Europa serán tratadas en la 50º Conferencia de Seguridad de Múnich, que reunirá a finales de semana en el sur de Alemania a la flor y nata de la defensa y la diplomacia.