El Santo Padre dice lo que piensa y hace lo que dice; se compromete con los fines de la organización; actúa con el ejemplo; tiene coherencia de vida; comunica con acciones y goza de buen sentido del humor; entre muchos más aciertos.
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Francisco es el <<CEO>> más importante del mundo, ya que su liderazgo está directamente vinculado con 1.285 millones de personas, para lo cual cuenta con 250 cardenales (120 de ellos electores de su sucesor); 466.215 clérigos, 5.304 obispos, 415. 656 sacerdotes, 45. 255 diáconos permanentes, 670.320 religiosas y 116.843 seminaristas. La acción de este <<CEO>> se extiende a los cinco continentes, con la marcha positiva en el número de católicos en el mundo, especialmente en el continente africano, cuyo peso relativo continúa aumentando con el tiempo, donde el último año hubo un aumento del 19,4%, pasando el número de católicos, en el mismo período, de 186 a 222 millones.
Pero, más allá de las cifras, hay sed de liderazgo y con Francisco se ha encontrado a uno que llama la atención, pues dice lo que piensa y hace lo que dice; se compromete con los fines de la organización; actúa con el ejemplo; tiene coherencia de vida; comunica con acciones; acoge a todos los estamentos de su organización; goza de buen sentido del humor; no es ajeno a las emociones, escucha y se deja ayudar; promueve el trabajo en equipo y entusiasma a sus integrantes; reconoce sus debilidades (soy un pecador); aprende de sus aciertos y errores; posee conciencia social; presta también atención a quienes no son sus clientes y, ve mejor la realidad desde la periferia (geográfica y existencial) que desde el centro.
Así como Francisco, en términos eclesiásticos, es definido por Andrea Tornielli como “un peregrino de la paz, pero también un profeta incómodo”, como <<CEO>>, como líder, dice Javier Martínez-Brocal, “no busca el consenso con su persona, sino con su misión”. Esa misión es la del líder que sabe hacer todo lo que se puede desarrollar en una empresa, aún frente a las críticas y, sobre eso, el Papa dice: “…lo importante es que no se queden bloqueados con las críticas. Lo importante es que se arremanguen las sotanas y se pongan a trabajar”.
Pasó de ser un líder local de la Arquidiócesis de Buenos Aires, a ser el líder más apreciado del planeta, tanto que la revista Fortune lo incluyó en el top five del liderazgo por “predicar con el ejemplo”; esa es la impronta personal de quien gobierna con naturalidad, sin afectaciones y de esa manera ha cambiado el paradigma del liderazgo tradicional, pues no sólo es inteligente, en términos de coeficiente (que era una condición anterior para asumir la presidencia de una compañía), sino que es <<emocionalmente inteligente>>, un término que ya Aristóteles había incluido en la Ética a Nicómaco, cuando habló de manejar la vida emocional con inteligencia, como lo recomienda Bernardo Bárcena en su libro “El liderazgo de Francisco. Claves de un innovador”.
En la exhortación apostólica Evangelii Gaudium, el papa Francisco nos invita a ser audaces y creativos y a repensar los objetivos, las estructuras, el estilo y los métodos, manteniendo las puertas abiertas para encontrar nuevos caminos que nos saquen de lo lineal con audacia y valor. Aunque está en un documento pontificio, es un consejo que puede aplicarse en el ámbito empresarial para luchar contra la pereza y la comodidad de lo que muchas veces se denomina <<zona de confort>>, o la situación en la que estamos habituados a actuar, sin darnos cuenta que nuestro negocio debe evolucionar, despojándonos de hábitos arraigados o esquemas preconcebidos tipo “es que así siempre se ha hecho aquí”.
Las actuaciones de Francisco han sido también un espacio posible para el intercambio de ideas y propuestas; yo mismo, cuando anunció el Sínodo sobre la familia, le envié unas consideraciones sobre la situación de los separados que viven en celibato y el Papa me contestó agradeciendo mi escrito.
Así, el más pequeño de esa multinacional, se vio recompensado con la respuesta del líder, que muy pocas veces, en otros ámbitos logra un empleado que su presidente le haga un reconocimiento. Así es como Francisco inspira confianza con su coherencia, pues si algo hoy en día afecta el liderazgo es la falta de confianza con el líder y la amplia distancia entre quienes detentan el poder y los que carecemos de él.
La credibilidad y la transparencia también hacen que el líder sea testimonio de vida. Por ejemplo, el 16 de mayo de 2013, a través de tuiter, dijo: “No podemos ser cristianos por instantes. Busquemos vivir nuestra fe en cada momento, cada día”.
Incluso en el libro “El Jesuita”, en el cual contesta las preguntas de Sergio Rubin y Francesca Ambrogetti, el Papa señala el valor de la coherencia y nos deja una enseñanza sobre la pulcritud del líder: “…Yo me declaro católico pero no pago los impuestos. O engaño a mi cónyuge. O no le presto la debida atención a mis hijos. O tengo a mi madre o a mi padre <<colgado en un geriátrico como u sobretodo en un ropero durante el verano, con la bolsita de naftalina>>, y no lo visito nunca. O estafo: ‘arreglo una balanza’ o un taxímetro para que marque más.
Generalmente, cuando se habla de doble vida se la relaciona con una persona que tiene dos familias o un cura que tiene mujer. Pero doble vida es todo aquello que hace fraudulento el modo de vivir, los principios éticos que están en nuestro ser. En definitiva, el desafío ético, como el religioso, pasa por la coherencia entre los principios y la conducta”.
Idoneidad, cumplimiento, sinceridad, son los factores de diferenciación en la gestión de este líder confiable, competente, comunicativo y de carácter, quien durante estos años ha sabido ganar terreno construyendo ladrillo a ladrillo la confianza que se había perdido en los colaboradores de Benedicto XVI, entre ellos el cuestionado cardenal Bertone. Como se lo dijo Francisco a Elisabetta Piqué: “La Iglesia no crece por proselitismo, sino por la atracción del testimonio que damos al pueblo de Dios”.
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