El gobierno conservador del presidente Mariano Rajoy se apresta a reformar la legislación sobre el aborto, para obligar a las menores de edad a obtener la autorización de sus padres antes de una interrupción del embarazo, informó el ministro de Justicia.
"Desde luego, algunos principios anunciados por nuestro partido, como es la exigencia del consentimiento paterno en caso de los menores, estará incluido en este proyecto de ley", dijo el ministro Alberto Ruiz Gallardón al hablar ante la Comisión de Justicia del Congreso.
El ministro, sin embargo, no precisó si otros puntos de la ley serán modificados ni cuándo esa reforma será introducida.
Aprobada en 2010 durante el precedente gobierno socialista, la ley actual había introducido por primera vez en España la noción de una interrupción voluntaria del embarazo. Antes el aborto sólo estaba permitido en casos de violación, malformación fetal o peligro para la madre.
En virtud de esta ley, las mujeres embarazadas pueden someterse a un aborto hasta las 14 semanas de gestación, o hasta las 22 semanas en casos de "riesgos para la salud" de la madre o graves "anomalías del feto".
El aspecto polémico de la ley es que las jóvenes de 16 a 18 años pueden abortar sin autorización paterna si demuestran que pueden sufrir violencia en el caso de que se advierta a sus padres.
El Partido Popular (PP), en el gobierno desde diciembre y con mayoría absoluta en el Congreso, había votado en contra de esta ley y presentó un recurso ante el Tribunal Constitucional.
"No acepto que una niña de 16 años pueda abortar sin el consentimiento de sus padres", había declarado el propio Rajoy antes de las elecciones.
"Esa reforma es injustificada", dijo Francisca García, vicepresidenta de la asociación de clínicas acreditadas por la ley a practicar interrupciones de embarazos. García añadió que "las estadísticas que tenemos no demuestran que haya habido un aumento de abortos en esta franja de edad".
Según García, el 87% de las jóvenes de 16 y 17 años vienen acompañadas por sus padres. Las otras pertenecen a familias desestructuradas, que no las apoyan a ningún nivel, ni para tener (el bebé) ni para interrumpir (el embarazo)", dijo.