La selección española de balonmano masculino se proclamó campeona del mundo de este deporte, este domingo ante su público en Barcelona, tras ganar brillantemente en la final a la campeona europea Dinamarca por un aplastante 35-19.
Ocho años después de su primer y hasta ahora único título mundial, los españoles suman la corona de este Mundial-2013, donde han sido los anfitriones, a la lograda en Túnez-2005.
"Es un sueño hecho realidad. No hubiera podido soñar con un final mejor, es digno de una película de Hollywood. Quiero dar las gracias a todos los jugadores que han trabajado duro conmigo desde hace cuatro años", destacó el seleccionador español, Valero Rivera.
Por su parte, Dinamarca, uno de los equipos más fuertes de los últimos años, tendrá que conformarse con la medalla de plata, como hace dos años en la edición de Suecia-2011, donde había sido superada 37-35 por Francia en el partido decisivo.
Es la tercera vez que Dinamarca llega a una final del Mundial y pierde en ella, ya que la otra ocasión había sido en 1967 y también fueron subcampeones.
Para los 'Hispanos', bronce hace dos años en el pasado Mundial, se trata además de una revancha ante un rival que le había eliminado en las semifinales de ese Mundial de 2011, por 28-24, y que también le había dejado fuera, en la misma ronda, en el campeonato de Europa de Serbia-2012, por 25-24.
Los daneses parecían favoritos y habían llegado a la final tras encadenar un pleno de ocho victorias en este torneo, pero España, que había ganado siete encuentros y perdido uno (ante Croacia 27-25 en la primera fase), no dio ninguna opción a su rival y desde el principio fue por delante en el marcador.
Con 3-0 para los españoles en el arranque del partido, el seleccionador de los nórdicos, Ulrich Wilbek, se vio obligado ya a pedir el primer tiempo muerto para frenar la salida en tromba de los locales.
Los daneses llegaron a acercarse (8-7, minuto 17), pero se vinieron abajo en los diez últimos minutos de la primera parte. Enrabietados, los españoles combinaron ataques agresivos con una defensa sólida y que supo contener una y otra vez los ataques del adversario.
El arquero de Dinamarca, Niklas Landin, extraordinario desde el principio del Mundial, parecía incapaz de frenar a los españoles y tuvo incluso que ceder su puesto bajo los palos a Jannick Green.
En ataque, los escandinavos fallaban mucho más de lo acostumbrado y tampoco eran precisos en los pases.
En el descanso, la ventaja de España era ya de 18-10 y el público del Palau Sant Jordi, una de las infraestructuras estrella de los Juegos Olímpicos de Barcelona-1992, comenzaba ya a celebrar un más que probable título mundial.
El ritmo infernal de los hombres de Valero Rivera continuó en el arranque de la segunda parte y la ventaja fue poco a poco ampliándose, de 19-11, a 23-11 y 29-12 (minuto 44).
En el 28, España doblaba en goles a los daneses (30-15) y la fiesta comenzó mucho antes del final en las gradas y el banquillo de los anfitriones. Finalmente, el triunfo español fue por dieciséis tantos (35-19).
El portero español Arpad Sterbik, discreto en la primera parte, fue de nuevo una pared en la segunda, como en las semifinales ante Eslovenia, y el equipo sucede a Francia -eliminada en cuartos de final en este Mundial por Croacia- en el palmarés del Mundial.
"Estamos muy decepcionado, no sólo por la derrota, como por su contundencia. Nada ha funcionado para nosotros, aunque estamos satisfechos con la medalla de plata", dijo el entrenador danés Ulrich Wilbek, en una declaración leída por su responsable de prensa.
España, país donde el fútbol eclipsa en los últimos años a los éxitos de otros deportes, coronó así a las figuras de su balonmano, que no dejaron pasar la ocasión de oro de triunfar en el primer Mundial de este deporte que se disputaba en el país ibérico.
AFP