Un acuerdo para la celebración de un referendo histórico de independencia en Escocia en 2014 firmaron el primer ministró británico David Cameron y el jefe del gobierno regional escocés Alex Salmond .
Las televisiones británicas mostraron a los dos líderes, que hicieron declaraciones por separado, firmando el acuerdo durante la reunión celebrada en St Andrews House, residencia oficial del ministro principal escocés.
El llamado "Acuerdo de Edimburgo', fruto de largos meses de negociaciones, otorgará al parlamento semiautónomo los poderes necesarios para organizar la consulta soberanista prometida por el líder del Partido Nacional Escocés (SNP) cuando fue reelegido con mayoría absoluta en 2011.
El referendo se celebrará en el otoño (boreal) de 2014, como quería Salmond, y constará de una sola pregunta -todavía por determinar- que podrá responderse únicamente por 'Sí' o 'No' a la independencia, como exigía Cameron, que prometió hacer del mantenimiento de la integridad del Reino Unido su prioridad número uno.
"Los dos gobiernos de Escocia (el central y el semiautónomo), se han reunido para entregar un referéndum que será legal, justo y decisivo", debe decir Cameron en una inminente declaración en la capital escocesa, según su oficina.
"Esto allana el camino para que se pueda resolver la pregunta más importante de todas: ¿una Escocia separada o un Reino Unido? Yo argumentaré resueltamente a favor de nuestro Reino Unido", debe agregar.
"Corresponde ahora al pueblo de Escocia tomar esa decisión histórica", debe proclamar el primer ministro conservador, cuyo partido debería hacer frente unido con sus socios de coalición liberal demócratas y excepcionalmente también la oposición laborista en la campaña del 'No'.
Cameron aceptó a principios de año la idea de un referéndum, que quería celebrar lo antes posible, alegando que la incertidumbre en torno a la cuestión de la independencia estaba teniendo un impacto negativo en la economía.
Salmond expresó por su parte antes de la firma su satisfacción por lo que calificó de referéndum "Made in Scotland", señalando que el pacto asegura también "que el derecho fundamental del pueblo de Escocia a elegir su propio futuro es respetado por todos".
El líder escocés hubiera preferido dejar la puerta abierta a una segunda pregunta que contemplara un mayor traspaso de competencias de Londres a Edimburgo, que sería la opción mayoritaria en esta región de 5,2 millones de de habitantes ligada a Gran Bretaña desde 1707 y que goza de un estatuto de semiautonomía desde 1998, con competencias en materia de educación, de sanidad o de justicia.
Lo que sí logró, en cambio, es que se rebaje la edad mínima de participación a 16 años, en lugar de los 18 habituales.
Partidarios y detractores de la independencia lanzaron antes del verano sus campañas con miras a este referéndum que si se celebrara hoy arrojaría sólo un 28% a favor de la independencia, frente a 53% en contra, según el último sondeo.
Mientras los 'pro' ven en el referéndum una oportunidad para crear una "Escocia más justa y próspera", los que están en 'contra' subrayan las incógnitas que genera en materia económica, especialmente en lo que respecta a los ingresos del petróleo del mar del Norte, monetaria o fiscal./AFP