Los resultados obtenidos durante los 60 días de intervención a 25 ‘ollas’ en 20 ciudades del país fueron aplaudidos ayer por el presidente Juan Manuel Santos en la Dirección General de la Policía Nacional.
Así mismo, el jefe de Estado anunció que la Policía intervendrá otras 25 ‘ollas’, que ya están identificadas y dijo que dentro de 60 días, como se hizo hoy, deberán conocerse los resultados de la acción policial.
Con respecto a las primeras 25 ‘ollas’, la Policía Nacional capturó a 1.641 personas, entre ellas 32 jefes, también 98 bienes están afectados con procesos de extinción de dominio.
El presidente Santos otorgó la palabra al director de la Policía, el general José Roberto León, quien le dio el parte de los resultados que se han obtenido en estos dos meses de trabajo.
El general León subrayó que se han erradicado el 92 por ciento de estas ollas, y las faltantes ya tienen un avance del 85 por ciento.
“Los resultados en manera general, nos permiten indicar que al momento se ha erradicado el 92 por ciento de estas ollas, es decir 23 ollas erradicadas, de las 25 identificadas; solamente nos quedan dos pendientes por erradicar que son: la del barrio Santa Fe en Bogotá y la del barrio Mártires en Bogotá, que tienen un avance del 85 por ciento”, aseguró el general León.
De igual manera, León se refirió a la incautación de 780.000 dosis de estupefacientes, entre marihuana, cocaína y bazuco. Indicó que se han incautado 79 armas de fuego y se capturaron 42 jefes en estas ollas.
Según el director de la Policía Nacional, gracias al trabajo coordinado con la Fiscalía General de la Nación, en estos dos meses se realizaron 314 allanamientos que permitieron la captura de 1.641 personas, entre ellas 42 de los principales jefes del microtráfico.
“Se realizaron 314 allanamientos coordinados con la Fiscalía General de la Nación, se detectaron 38 estructuras las cuales están en proceso de judicialización, de igual manera 25 ollas tienen trabajo social”, recalcó León.
El general León ratificó el compromiso de la policía nacional para erradicar el microtráfico y aportar a lo que quiere el Gobierno nacional.
“Cuente con el compromiso de todos mis hombres y mujeres policías, la convicción, la decisión y la firmeza de combatir especialmente el microtráfico porque sabemos que es el generador de la violencia a nivel urbano”, expresó.
Por todo el país
“En estos 60 días intervenimos 25 ‘ollas’ –como se conocen a esos centros de venta– en 20 ciudades, logrando erradicar 23 de ellas. Es decir, 92 por ciento”, reveló el general León.
Las ciudades en las que se realizaron intervenciones son Bogotá, Ibagué, Cali, Barranquilla, Medellín, Santa Marta, Pereira, Pasto, Tuluá, Cúcuta y Barrancabermeja, entre otras.
El alto oficial informó que los dos expendios de drogas pendientes por erradicar están ubicados en Bogotá y ya han sido intervenidos en más de un 80 por ciento.
Droga incautada
Los operativos adelantados durante los dos meses de plazo lograron erradicar, en un ciento por ciento, 23 de las 25 ollas identificadas en Colombia.
La olla conocida como El Cachical, ubicada en la ciudad de Barranquilla, fue la zona donde se presentó mayor incautación de dosis de droga (129.042) seguida de Cali, barrio La Candelaria (68.577), Villavicencio, barrio La Delicia (60.908), y Bogotá, barrio Santa Fe (32.375).
El mayor número de capturas se presentó en Bogotá (191), Pasto (169), Pereira (167) Barranquilla (166) y Cali (160).
Más policías
Santos anunció hoy que entre junio de este año y mediados del entrante serán incorporados cinco mil nuevos policías para todo el país.
“He tomado la decisión junto con el señor Ministro de Hacienda, porque eso tiene un costo muy alto: son 430.000 millones de pesos adicionales el incrementar en 5.000 policías”, señaló el mandatario.
El jefe de Estado explicó que estos 5.000 policías se sumarán a los 10.000 que ya estaban previstos para un total de 15.000 nuevas unidades policiales.
“Cuando llegamos al Gobierno habían 162.000 policías como efectivos de la Policía Nacional. Hemos incorporado 10.000 más. Hoy tenemos 172.000 y tenemos previsto incorporar 10.000 más entre hoy y el 2014, mediados del 2014”, señaló.
Al reiterar el presupuesto que demandarán los 5.000 nuevos policías, el mandatario dijo que se está “haciendo un esfuerzo muy grande y parte de esa plata está incorporada en los traslados presupuestales que está aprobando el Congreso de la República en este momento. La mitad de esa plata está ahí, la otra mitad la estamos consiguiendo de otras fuentes para poder aumentar en 5.000 policías más los efectivos”.
Así mismo, el presidente Santos sostuvo que “hay una demanda permanente, casi que insaciable de más policías, de más presencia de la Policía en todo el territorio nacional; fue por eso que desde la campaña hicimos los cálculos sobre las capacidades financieras, porque aumentar el número de policías es muy costoso, y nos comprometimos con un aumento de 20.000 policías entre el año 2010 y el año 2014”.
El jefe de Estado indicó que en marzo del año entrante serán 187 mil los policías dispuestos para la seguridad en todo el país.
“Ese es un número muy importante, sabemos de la demanda que hay en todo el país por más policías, más presencia de policías y por eso hemos hecho este esfuerzo adicional”, puntualizó el presidente de la República.
100 días de intervención en Bogotá
El alcalde de Bogotá, Gustavo Petro, el secretario de Gobierno, Guillermo Alfonso Jaramillo, y el comandante de la Policía Metropolitana, general Luis Eduardo Martínez, en el marco de la ofensiva nacional contra el microtráfico, entregaron ayer el balance de desarticulación de 'ollas' en los sectores de San Bernardo y la calle del Bronx.
El alcalde Petro aseguró que han sido 100 días continuos de intervención en este sector de la ciudad, en un acto que no fue concebido como una intervención policial sino como una intervención social.
"Articulamos el esfuerzo policial armado de la fuerza pública por una política innovadora más social, de atención", dijo el alcalde Petro.
"El éxito de la política no consiste en erradicar la población de un lugar y enviarla a otro, sino en intervenirla socialmente ", reafirmó el mandatario.
Otro de los puntos que destacó el alcalde mayor tiene que ver con la renovación urbana del sector donde se aspira a continuar con el proceso de dignificación de sus habitantes, ya que no se trata de trasladarlos a otro sector de la ciudad sino mejorarles sus condiciones de vida.
"Hay que separar el consumidor de las drogas de las mafias del microtráfico", señaló el alcalde.
Por su parte el general Martínez dijo que en los operativos efectuados en este sector de la localidad de Santa Fe, se efectuaron 16 allanamientos, fueron capturadas 91 personas, se incautaron armas blancas y de fuego avaluadas en 3 millones de pesos, se recuperó una motocicleta y se decomisaron 32.375 dosis de estupefacientes por un valor cercano a los 32 millones de pesos.
El uniformado dijo que en la calle del Bronx se incautaron 26.530 dosis de droga, se adelantaron dos allanamientos, dos extinciones de dominio y se logró la captura de cerca de 100 personas por porte y tráfico de estupefacientes.
ANÁLISIS
El peligroso poder de las mafias urbanas
Esta primera ofensiva nacional contra las llamadas “ollas” del microtráfico deja tres situaciones que deben poner a pensar no sólo al Estado sino a la ciudadanía en general.
1. Es claro que si desde la cabeza del Estado se le declara la guerra a estas ‘zonas rojas urbanas’ en todo el país, se rompe, de entrada, el mito de intocables que, con el pasar de los años, se habían ganado las ‘ollas’. No en vano también se les llama peyorativamente ‘zonas de distensión’, pues existen casi impunemente en pleno corazón de muchas ciudades, teniendo como ‘símbolo’ principal al “Bronx”, ubicado a escasas cuadras del centro del poder presidencial y distrital en la capital del país.
Romper ese mito era urgente para borrar la perniciosa y desinstitucionalizadora creencia popular -generada por la misma pasividad del Estado y los sucesivos gobiernos nacionales y regionales- en torno a la necesidad de resignarse a la existencia de ‘zonas de tolerancia’ criminal en las ciudades. Y, peor aún, a que las “ollas” fueran el motor de la inseguridad urbana, flagelo que hoy preocupa más a la ciudadanía que el propio conflicto armado.
2. Quedó evidenciado en esta primera ofensiva que así se trate de zonas de expendio de drogas, hay verdaderos carteles dedicados al microtráfico, con estructuras definidas, ramificaciones regionales e internacionales, armadas hasta los dientes y en permanente lucha interna por el poder criminal.
Hay todo un universo delictivo al interior de las “ollas”, en donde no sólo se trafica y vende drogas, sino también armas, celulares robados, autopartes hurtadas, apuestas ilegales, prostitución, trata de personas, invasión del espacio público, focos de insalubridad pública, contrabando, sicariato, microextorsión…
No se está tratando aquí con un puñado de jíbaros que tienen una ‘clientela’ propia de habitantes de la calle y drogadictos, sino con organizaciones que pueden mover miles de millones de pesos al mes y de allí que sus jefes, capos en toda la extensión de la palabra, hayan acumulado fortunas muy significativas. No en vano las Bacrim se estaban apoderando de las “ollas” a sangre y fuego en varias zonas del país.
En ese orden de ideas, el problema del microtráfico se vuelve tan peligroso y complejo de enfrentar como el de los grandes carteles que mueven toneladas de drogas hacia el exterior. Es necesario, por tanto, definir, ya como política de Estado, una estrategia muy puntual y dirigida para atacarlos y desarticularlos. Ya quedó claro que el asunto aquí no es la mera captura policial de uno o varios vendedores de bazuco, marihuana, cocaína y otros narcóticos, sino que es necesario acudir a la Inteligencia, a la investigación paciente de las autoridades, a la infiltración y otras tácticas para desenmarañar estas estructuras delictivas y llegar a las verdaderas cabezas, aquellas que mandan desde muy lejos de las calles sucias y atestadas de drogadictos. No es, en consecuencia, una guerra que durará poco tiempo, pues las mafias darán la pelea y buscarán camuflarse lo más posible para no perder su ilícito negocio.
3. En tercer lugar, se hace evidente que de nada sirve lanzar grandes ofensivas policiales, con equipos especializados y muchos uniformados, si de manera paralela no se implementa una campaña de largo aliento de intervención social y rehabilitación. Es obvio que cuando la Policía ataca una “olla”, quienes las manejan de inmediato buscan migrar a un sitio cercano y se encargan de que su ‘clientela’ los encuentre allá. También se hizo patente que si se interviene una zona en donde malviven centenares o incluso millares de drogadictos y habitantes de la calle, de inmediato se genera un problema de inseguridad a los sectores aledaños a donde los ‘desplazados’ van, afectando también el comercio y la tranquilidad ciudadana. Neutralizar este coletazo requiere de medidas integrales de corto, mediano y largo plazos, y no se soluciona con algunas pocas jornadas de limpieza, atención médica, alimentación y refugios de paso para drogadictos y habitantes de la calle. Las personas que allí viven pueden recibir esa ayuda temporal pero si no hay soluciones de fondo, en poco tiempo estarán, de nuevo, en las calles. Además, no se podrá superar el problema de las “ollas” mientras no se tenga claro cómo se va a atacar el problema de la drogadicción, que si bien está definido en Colombia como un asunto de salud pública, lo cierto es que no hay capacidad institucional e incluso presupuestal para programas serios y efectivos de rehabilitación.