La Unidad Nacional de Fiscalías para la Justicia y la Paz realizará el viernes 21 de marzo en las instalaciones del búnker de la Fiscalía en Medellín (Antioquia), la entrega a los familiares de los restos de 18 víctimas de grupos alzados en armas, que fueron desaparecidas y asesinadas en diferentes municipios de Antioquia, entre los años de 1987 y 2006.
Varias son las historias que se tejen alrededor las familias que recibirán apoyo sicosocial por parte de sicólogos y el acompañamiento de fiscales e investigadores, como preparación previa para la ceremonia de entrega, en la cual participarán delegados de la Unidad de Atención y Reparación a las Víctimas, de la Alcaldía de Medellín y la Gobernación de Antioquia.
Una de las historias se relaciona con los hechos confesados por el postulado Edwin Fabián García Cardona y el testimonio de la esposa de la víctima, que relatan cómo en enero de 2002 hombres uniformados de camuflado asesinaron a un hombre de 38 años y lo enterraron en la vereda El Silencio de San Carlos (Antioquia). Posteriormente, en 2010, sus restos fueron exhumados por el CTI Seccional Medellín.
En su narración, la mujer contó además que los sujetos manifestaron que no querían ver a nadie en las fincas y por ello todos los habitantes de la vereda fueron desplazados.
Las investigaciones determinaron que los responsables de los hechos fueron miembros del Bloque Héroes de Granada de las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá.
Igualmente, está la historia de un hombre de 59 años de edad que fue ultimado, de acuerdo con las investigaciones, por miembros del Grupo Suroeste Antioqueño de las Autodefensas.
El día de los hechos, el 3 de septiembre de 2006, según el hijo del desaparecido, su padre había estado tomando licor con varios amigos y luego de salir a comprar cigarrillos nunca lo volvió a ver.
Una de las prendas de su padre, fue encontrada cerca a la casa de uno de los amigos del hombre, en el municipio de Concordia (Antioquia). “Un señor estaba realizando un trabajo con una retroexcavadora y se vino una tierra y aparecieron unos restos con una prendas, que eran de mi papá”, relató el hijo de la víctima.
Por otra parte, esta entrega también se relaciona con el caso de una joven de 24 años de edad en estado de gestación, que fue desaparecida y asesinada en septiembre de 2009.
La joven, según manifiesta su madre, se dirigía al casco urbano de Puerto Nare en Antioquia para realizarse unos exámenes prenatales, cuando fue retenida por hombres armados de las autodefensas. Los familiares de la víctima aseguran que la mujer fue asesinada porque en el negocio que trabajaba “atendió a unas personas que eran de la guerrilla”. La diligencia de exhumación se realizó en el corregimiento Los Delirios, en Puerto Nare, en el mismo lugar donde fue desaparecida.
El caso de esta víctima se le atribuye al Frente Héroes del Prodigio de las Autodefensas Campesinas del Magdalena Medio.
Una historia más de desaparición y homicidio, fue la que confesaron los postulados del Bloque Metro de las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá, entre los que figuran Jhon Dario Giraldo Giraldo, Romulo David Gutierrez, Ubaner y Antonio Cardona Cifuentes; quienes indicaron el lugar donde se encontraban los restos de un comerciante de 36 años de edad, habitante del municipio de Santuario, en el departamento de Antioquia.
La exhumación fue realizada en marzo del 2010 por una comisión especial del CTI Seccional Cali y Medellín, en la vereda El Palmarcito, donde el hombre fue asesinado.
Finalmente, por información entregada por el excomandante del Ejército Revolucionario Guevarista, Olimpo de Jesús Sánchez Caro, una comisión de la Unidad de Justicia y Paz, exhumó, por la misma época, los restos óseos de un ganadero de 52 años, que estaban enterrados en la finca El Pedral del municipio de El Carmen de Atrato (Chocó), desde 1997. Según el postulado y el hermano de la víctima, el hombre fue sacado a la fuerza de su casa, torturado y asesinado por dos sujetos vestidos de civil.
Sánchez Caro manifestó que la muerte del hombre obedeció a que éste habría abusado de una menor de edad, quien era su sobrina y que “este hecho era un acto que debía pagarse con su vida”.