Entrega de 'Comba' transforma narco-mapa | El Nuevo Siglo
Martes, 8 de Mayo de 2012

La entrega a Estados Unidos del capo Javier Calle Serna abre nuevos escenarios dentro de su grupo criminal Los Rastrojos y en todo el mapa del narcotráfico de Colombia, dominado principalmente por cuatro organizaciones y que ahora podría fragmentarse aún más, advierten expertos.

 

La entrega de Calle Serna, concretada en Aruba (Antillas holandesas), parece conducir a una pugna interna por el liderazgo de Los Rastrojos, ya que la Policía colombiana prevé que en el acuerdo con la DEA también figure su hermano y mano derecha Luis Enrique.

 

"Enfrentamiento va a haber. Hay varias posibilidades, que una parte de Los Rastrojos cree un nuevo grupo o que una organización externa los absorba", dijo a la AFP Gustavo Duncan, investigador en asuntos de seguridad y autor del libro sobre paramilitarismo 'Los señores de la guerra' (2006).

 

La disputa en Los Rastrojos ya prendió meses atrás cuando se filtraron las intenciones de entregarse de los hermanos Calle Serna y se empezó a temer por la información que pueden proporcionar en Estados Unidos, señaló Ariel Ávila, de la Corporación Nuevo Arco Iris, especializada en el conflicto armado colombiano.

 

"Veremos una guerra de acomodamiento durante todo este año", anticipó Ávila, quien calcula que la entrega de Luis Enrique puede producirse antes de 20 días.

 

De hecho, el origen de Los Rastrojos se encuentra en las divisiones y ajustes de cuentas al interior del otrora poderoso Cártel del Norte del Valle (suroeste, Valle del Cauca), explicó Duncan, para quien el grupo de Calle Serna no sumaría más de 1.000 miembros.

 

Actualmente, Los Rastrojos actúan en departamentos del suroeste colombiano productores de coca como Nariño (fronterizo con Ecuador) y Cauca, y en los últimos años también se han apoderado de salidas a la costa Caribe y con un corredor que va desde el departamento de Antioquia (noroeste) hasta la frontera del departamento del Norte de Santander (noreste) con Venezuela.

 

Tienen "una penetración muy grande en Venezuela", resaltó Ávila, compilador del libro 'La frontera caliente entre Colombia y Venezuela', publicado este año.

 

Los grandes beneficiados pueden ser sus grandes rivales, Los Urabeños, una organización creada por mandos medios de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) que no participaron en la desmovilización paramilitar impulsada entre 2003 y 2006 por el gobierno de Álvaro Uribe.

 

Este tipo de nuevas organizaciones, a las que el gobierno denomina 'bandas criminales' o 'bacrim', retomaron las actividades delictivas con las cuales las AUC financiaban su lucha contra las guerrillas, como el narcotráfico, el secuestro y la extorsión, pero sin llegar al dominio territorial que impusieron los paramilitares.

 

Los Urabeños, liderados por Dairo Antonio Úsuga, toman el nombre de su principal feudo, Urabá (oeste). También están asentados en zonas de la Costa Caribe y los departamentos de Norte de Santander y Santander (centro-norte), de acuerdo con Nuevo Arco Iris.

 

Daniel 'El Loco' Barrera, el cabecilla más buscado del país, encabeza el tercer gran grupo narcotraficante de Colombia, que no tiene un nombre específico.

A diferencia de estos otros, "Barrera es un narcotraficante puro. No tiene una organización armada sino que llega a acuerdos puntuales con todos", dijo a la AFP una fuente de la Policía Nacional.

 

Su principal aliado para proteger los envíos de droga era Javier Calle Serna.

Su área de influencia se concentra en los Llanos Orientales (este), en áreas de los departamentos de Meta, Cesar y Arauca.

 

La cuarta gran organización involucrada en el negocio de la droga en Colombia, primer país productor de cocaína del mundo (unas 350 toneladas anuales), es la propia guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

 

El gobierno acusa a los rebeldes de cultivar coca en territorios bajo su influencia, de procesar la droga en laboratorios y de sostener alianzas con grupos criminales colombianos y cárteles mexicanos para su exportación.

 

Para Ávila, las FARC participan solo de las fases de cultivo y procesamiento de cocaína en Nariño, Meta, Santander y el Urabá antioqueño; y no queda claro si los sembradíos y laboratorios sean de su propiedad o si se limitan a cobrar impuestos a los narcotraficantes.

 

"Las FARC no trafican, venden la pasta de base a los narcos. Sí han intentado hacerlo, pero cuando un mando medio recibe esas ganancias se les 'vuela" (huye), explicó.

 

"Puede que participen de alguna forma en el tráfico, porque tienen el acceso a la materia prima. Pero no son grandes narcotraficantes internacionales", apuntó Duncan.