En riesgo producción petrolera por ataques | El Nuevo Siglo
Jueves, 31 de Julio de 2014

Colombia, cuarto productor de crudo de Latinoamérica, enfrenta el difícil reto de mantener la producción, ante el recrudecimiento de los ataques de la guerrilla contra la infraestructura y la caída del interés de los inversores por un sector que representa un 5% del PIB.

"Va a ser difícil que se cumpla la meta de producción (para 2014) si la situación continúa así. La producción tendría que subir sobre el millón de barriles en lo que queda del año", dijo a la AFP María Adelaida Velásquez, analista del sector energético de la firma Serfinco.

El ministro de Minas y Energía, Amylkar Acosta, indicó que en lo que va del año se han registrado 39 atentados a la infraestructura petrolera y el oleoducto Caño Limón-Coveñas, el principal del país, estuvo cerrado durante dos meses.

"La industria tiene tres factores que están incidiendo en el freno de la operación de las empresas: el primero, es el que tiene que ver con el orden público; el segundo, con la conflictividad social y, el tercero, los tiempos que se toma la autoridad ambiental para el trámite y expedición de las licencias ambientales", dijo Acosta días atrás al diario financiero Portafolio.

En este sentido, el funcionario advirtió que va a ser difícil alcanzar la meta de 1.027.000 barriles diarios proyectada para 2014.

 

Si bien en 2013 Colombia, que explota principalmente crudo pesado y extrapesado, produjo en promedio más de un millón de barriles diarios de petróleo e incrementó su producción 6,6% con respecto a 2012, entre marzo y mayo de 2013 este nivel estuvo por debajo del millón de barriles diarios.

El ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, declaró el miércoles a la emisora BluRadio que en el primer semestre del año Colombia ha perdido 5 millones de dólares diarios en regalías por la caída de la producción.

Según datos del Ministerio de Medio Ambiente, en 2014 se han derramado 41.800 barriles de crudo por ataques a la infraestructura perpetrados por grupos armados.

"Esta puede ser una estrategia de negociación de la guerrilla", dijo a la AFP César Cuervo, analista de CredicorCapital, en referencia a los ataques a la infraestructura, especialmente energética, por parte de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), principal guerrilla del país con unos 8.000 combatientes y comprometida desde noviembre de 2012 en un proceso de paz con el gobierno.

 

Por su parte, el segundo grupo rebelde del país, el Ejército de Liberación Nacional (ELN), con 2.500 combatientes, que concentra sus acciones en las zonas mineras y petroleras y reivindica el control de los recursos naturales por parte del Estado, también ha intensificado sus ataques contra yacimientos e instalaciones de transporte de crudo, tras anunciar el 10 de junio el inicio de conversaciones exploratorias con el gobierno para poner fin al conflicto armado.

"El ELN parece estar dirigiendo sus ataques cada vez más hacia la infraestructura energética para ganar poder en la mesa de negociaciones. Del 1 de junio al 14 julio de 2014, miembros del ELN llevaron a cabo un total de 10 ataques contra la infraestructura energética", según un informe de la consultora Maplecroft.

 

- Ataques "más contundentes" -

En el primer trimestre de 2014, la petrolera estatal Ecopetrol reportó una caída de las utilidades netas de 3,6%, que atribuyó a los "atentados contra la infraestructura petrolera y reiterados bloqueos de comunidades en distintas partes del país".

"Los ataques son menos que el año pasado pero han sido más contundentes", dijo la analista de Serfinco.

La semana pasada la ronda de inversores 2014, que convoca empresas interesadas en la explotación de crudo, recibió ofertas por solo 28% de los bloques licitados, frente al 30% esperado por el gobierno.

"El sector ha sufrido un estancamiento y necesita medidas para generar confianzas, sobre todo medidas para impulsar la exploración", estimó Velásquez.

Sin embargo, para el analista de CredicorCapital, aunque el sector petrolero colombiano enfrenta grandes retos a la hora de captar inversores, como la competencia de México tras la reforma energética, la inseguridad, la mayor demora en la entrega de licencias y la resistencia de las comunidades, estos obstáculos forman parte de un etapa.

 

"En los últimos años ha habido mucho éxito y se ha desarrollado una actividad intensiva, esta etapa es parte de un ciclo", afirmó Cuervo.