Tras su victoria en las legislativas pero sin mayoría absoluta, el jefe del gobierno conservador, Mariano Rajoy, reclamó su "derecho a gobernar", pero sus adversarios socialistas se mantuvieron contrarios a facilitar su investidura.
"España necesita (...) ya un gobierno con sólido apoyo parlamentario, un gobierno capaz de generar confianza dentro y fuera de España (...), que sea capaz de acometer las reformas que todavía se necesitan", afirmó Rajoy tras reunirse con la ejecutiva de su formación para analizar los resultados del domingo pasado.
Contra todo pronóstico, y pese a los innumerables casos de corrupción que pesan sobre su Partido Popular, el mandatario de 61 años logró, en las segundas legislativas españolas en seis meses, pasar de 123 a 137 escaños en una cámara de 350 diputados.
Rajoy quedó, sin embargo, lejos de la mayoría absoluta y necesitará el acuerdo de varios partidos para ser investido. "Hablaré con todas las fuerzas políticas y primero con el PSOE", reconoció.
Pese a haber perdido cinco escaños respecto a diciembre, el socialista PSOE quedó segundo con 85 diputados, evitando ser adelantado por la izquierda radical de Unidos Podemos como pronosticaban todos los sondeos.
Tras un resultado muy inferior al esperado "es el momento de ser humildes", reconoció el portavoz de Podemos, Pablo Echinique, en una comparecencia en ausencia de su líder, Pablo Iglesias.
Mientras tanto, los socialistas se mantuvieron firmes en su negativa a facilitar un gobierno conservador.
"Los votos del PSOE que hemos recibido ayer son votos para cambiar a Rajoy, para cambiar las políticas injustas, ineficaces, antisociales del PP", lanzó su número dos, César Luena. "No vamos a apoyar al señor Rajoy para la investidura ni nos vamos a abstener", reafirmó el portavoz parlamentario socialista, Antonio Hernando.
Sin al menos la abstención socialista, al PP le costaría alcanzar un acuerdo suficiente, incluso con el apoyo de los 32 diputados del partido de centroderecha Ciudadanos. La cuestión ahora es si Rajoy logrará apoyos para ser investido y cuándo los obtendría.
Según estimaciones de los principales diarios españoles, Rajoy le apostaría en los próximos meses a dos tipos de pactos. Buscaría, en primer lugar, una gran alianza con el PSOE, logrando fácilmente la mayoría absoluta. O trataría, en segundo lugar, una alianza con los nacionalistas vascos y catalanes, aquellos partidos de derecha, para fortalecer la alianza con Ciudadanos y llegar a la jefatura de gobierno bajo una alianza de derecha.
¿Se formará gobierno?
"Va a haber gobierno pronto", antes de finales del verano, dijo el sociólogo Narciso Michavila, presidente del instituto GAD3, de tendencia conservadora, en entrevista con la AFP. "No tengo tan claro que la negociación sea rápida", replicaba José Pablo Ferrándiz, del centro de sondeos Metroscopia, cercano a los socialistas.
Lo que ya no está en duda son los liderazgos de Rajoy, a la derecha, y del socialista Pedro Sánchez, a la izquierda. Sánchez "ha vuelto a ser un superviviente político y ha desactivado" las críticas procedentes de la poderosa y carismática presidenta regional de Andalucía, Susana Díaz, que vio como los socialistas perdían su bastión histórico a favor del PP.
En cuanto a Rajoy, "hoy, de repente, un montón de medios y de periodistas que llevan meses riéndose de él han descubierto que es un gran estratega y que no gana por casualidad", dice el politólogo Antón Losada, profesor en la Universidad de Santiago de Compostela, alabando su espera paciente.
Ahora, el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, ya no pone abiertamente como condición a su apoyo la partida de Rajoy. "Hay que priorizar las reformas que necesita España sobre el debate partidista", aseguró.
En opinión de Losada, la política tradicional española, representada por PP y PSOE, fue la primera beneficiada de la incertidumbre creada por la victoria del Brexit el jueves en el Reino Unido.
"Muchos votantes se decantaron por los viejos partidos, los partidos más anclados en la idea de Europa, los partidos que les parecieron más fiables", explica, en detrimento de los emergentes Podemos y Ciudadanos que habían irrumpido con fuerza en el parlamento español en diciembre.
Las siguientes semanas servirán para que los partidos hagan acercamientos y definan una hoja de ruta común antes del 19 de julio, día en que se constituye el nuevo parlamento. Rajoy anunció que en menos de un mes tendrán que tener “acuerdos mínimos” para “facilitarle las cosas al Rey”.
El actual jefe de gobierno, por tanto, no parece estar dispuesto a no ser la ficha del PP para la investidura. Se habló de un posible relevo de su figura hace seis meses ante la imposibilidad de sellar pactos con otras colectividades, pero esta vez su candidatura se ve más sólida e inamovible. La cuestión, entonces, será si el PSOE está dispuesto a aliarse con Rajoy, más que con su partido.
/ENS con AFP