Los países emergentes luchaban por mantener sus monedas ante el temor de que la Reserva Federal estadounidense reduzca los estímulos a la economía, exponiéndolos a una fuga de capitales.
La política estadounidense de "flexibilización cuantitativa" mediante la compra de bonos -un modo de inyectar dinero en la economía- hizo que mucho dinero acabara en los mercados emergentes, donde los intereses eran más altos para los inversores.
Muchas economías latinoamericanas, así como Rusia, Sudáfrica o Turquía han empezado a sentir el efecto de la retirada del dinero de inversores reticentes al riesgo.
El peso argentino perdió el 14% en tan sólo dos días la semana pasada, la lira turca 10% desde mediados de diciembre y el rand sudafricano un 25% desde mayo, alcanzando sus niveles más bajos en años.
Todo ello ocurre justo cuando la Eurozona emerge de la peor crisis de su deuda soberana y en plena crisis política en Ucrania, Tailandia y Turquía.
India reaccionó anunciando un aumento de 0,25% en su tasa directriz, situándola en 8%, y Turquía podría dar un paso similar.
La FED recortó este mes su paquete de estímulo en 10.000 millones de dólares (7.300 euros) para establecerlo en 75.000 millones al mes, después de que se produjeran signos de recuperación de la primera economía mundial.
"La flexibilización cuantitativa puede compararse a una ola de dinero que recorre activos de riesgo. Cuando la ola desaparece, podemos ver quién nadaba desnudo", dijo a la AFP Jane Foley, analista de Rabobank.
"Dicho de otro modo, cuando el dinero barato se va acabando, los países emergentes se ven más expuestos a sus propios fundamentos. En particular, son más vulnerables los países con mayor déficit de cuenta corriente", estimó Foley.
"Estos países dependen de los ahorros de los extranjeros para financiar sus déficits y cuando los extranjeros pierden la valentía y se llevan el dinero, las monedas se ajustan a la baja".
Foley señaló que tanto Turquía como Sudáfrica tienen grandes déficits de cuenta corriente.
De ahí que el secretario de Hacienda mexicano, Luis Videgaray, insistiese el lunes en Londres que los fundamentos de la economía mexicana son lo suficientemente buenos para quedar al margen de la tormenta.
"Estamos convencidos de que los mercados diferenciarán y mirarán a los fundamentos" de cada país cuando se produzca "una estampida".
El problema venía de lejos pero se agravó cuando Argentina toleró una fuerte devaluación para estabilizar el peso.
Las repercusiones se prolongaron hasta el lunes, cuando el real brasileño alcanzó su nivel más bajo en cinco meses.
"La decisión de la FED de disminuir la flexibilización cuantitativa, combinada con la creciente posibilidad de que el Banco de Inglaterra se esté aproximando al ajuste de su política monetaria, está sirviendo para reforzar más las inquietudes sobre la financiación externa de países como Turquía y Sudáfrica, con grandes déficits de cuenta corriente", aseguró Lee Hardman, economista del Banco de Tokio-Mitsubishi UFJ en Londres.
La vapuleada lira turca se recuperó por la expectativa de que el banco central anuncie un aumento de los intereses a medianoche.
"Los mercados emergentes siguen constituyendo la primera línea económica de los mercados de divisas", estimó Alistair Cotton, analista de Currencies Direct, pronosticando más turbulencias.
Las disminuciones de la FED "están tras la salida de capitales y ejerciendo presión hacia abajo sobre las monedas de muchos mercados emergentes", agregó Cotton.
Lo que está ocurriendo no tiene por qué afectar a Europa, dijo el lunes el presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem./AFP