A participar en las elecciones legislativas más reñidas de las que hay recuerdo y que podrían cambiar radicalmente el paisaje político con la irrupción de varios partidos hasta ahora marginales están convocados el jueves unos 45 millones de británicos, mayores de 18 años.
Los sondeos a pie de urna darán una idea precisa del desenlace al poco de cerrar los colegios electorales, pero los resultados irán cayendo en cuentagotas por la noche y no se conocerán, por lo menos, hasta bien entrada la madrugada.
Laboristas y conservadores siguen empatados en unos sondeos que pronostican el gran salto de los nacionalistas escoceses, que podrían tener las llaves del poder en Londres por primera vez en la historia, un fenómeno visto en España, donde nacionalistas catalanes y vascos han garantizado la gobernabilidad en al menos dos legislaturas.
Ni el primer ministro conservador David Cameron ni su principal contrincante, el laborista Ed Miliband, se despertarán el jueves con los 326 diputados suficientes para ir a visitar a la reina e informarle de que tienen el apoyo necesario para liderar un gobierno.
"Son las elecciones más abiertas que ha visto el Reino Unido en mucho tiempo y el resultado es incierto", dijo Tony Travers, analista político de la London School of Economics.
Se esperan pues arduas negociaciones para formar un gobierno con el apoyo de todas esas fuerzas hasta ahora marginales pero cuyo apoyo será clave, como el Partido Nacional Escocés (SNP), el Partido para la Independencia del Reino Unido (UKIP), los Verdes, los nacionalistas galeses de Plaid Cymru, y los más tradicionales Demoliberales, que ya formaron coalición con los conservadores.
Aunque los laboristas logren menos diputados, podrían encontrarse en mejor posición para gobernar porque los nacionalistas escoceses de Nicola Sturgeon ya han avanzado que harán lo posible para que Cameron no repita y los demoliberales de Nick Clegg no quieren ni oír hablar del referéndum de salida de la Unión Europea prometido por Cameron.
Es, en definitiva, "el mayor cambio en el sistema de partidos británico de los últimos 100 años", sentenció Philip Cowley, profesor de política de la Universidad de Nottingham.
El sondeo de sondeos de la BBC -media de todas las encuestas- daba el viernes un 34% de intención de voto a los conservadores del primer ministro David Cameron y un 33% a los laboristas de Miliband.
El tercer partido nacional sería el antinmigración y antieuropeo UKIP (14%), seguido por los demoliberales (8%) y los Verdes (6%).
Los sondeos pronostican igualmente que los nacionalistas escoceses barran a los laboristas en el que fue su feudo durante décadas y se lleven la inmensa mayoría de los 59 diputados de la región del norte.
Los analistas no esperan que se produzca un vuelco en los tres días que restan de campaña.
"Lo remarcable de esta elección es cómo los sondeos se han mantenido absolutamente fijos y sin cambios", dijo Travers.
Los buenos datos macroeconómicos bajo el gobierno conservador-demoliberal (crecimiento de 2,8% en 2014 y un desempleo al mínimo histórico del 5,7%) no han logrado que Cameron se despegara en los sondeos.
Uno de los factores que lo explican es la mejoría de su contrincante, Ed Miliband, a ojos de los electores.
"Miliband tuvo un serio problema y claramente han estado trabajando mucho para resolverlo", explicó Kate Jenkins, profesora de gobernanza en la London School of Economics, que ha asesorado al gobierno británico, el mexicano o el brasileño.
Hace sólo un par de meses "diría que era incluso poco elocuente, y encontraba difícil relacionarse con la gente. Ahora es mucho mejor, estrecha manos y mira a los ojos, sus discursos son mucho mejores".
Cameron, por su parte, ha tenido que pasar a la ofensiva en los últimos días a demanda de algunos pesos pesados de su partido, que percibían falta de pasión en su campaña.
"Hace 10 días parecía aburrido", coincidió Jenkins. Sus gestos se han vuelto más enérgicos y aparece sistemáticante sin chaqueta, con la camisa arremangada y los dos últimos botones desabrochados./AFP