Elecciones británicas: todo en el aire a un mes | El Nuevo Siglo
Lunes, 6 de Abril de 2015

Ni los conservadores ni los laboristas logran despegarse en las encuestas a un mes de las elecciones británicas, en una campaña protagonizada por unos partidos pequeños que tendrán la llave de la gobernabilidad.

 

Figuras marginales en los viejos tiempos de la hegemonía del bipartidismo, hoy la líder de los nacionalistas escoceses Nicola Sturgeon, y del antieuropeo UKIP, Nigel Farage, rivalizan en espacio y atención con el conservador David Cameron y el laborista Ed Miliband.

Los dos grandes partidos andan emparejados en los sondeos, y la pregunta no es quién, si Cameron o Miliband, será el primer ministro, sino con quién tendrá que gobernar.

 

El sondeo de sondeos de la BBC daba este lunes un 34% de intención de voto a los conservadores y un 33% a los laboristas, cifras que no se traducirán en los 326 escaños -la mitad de los 650 más uno- necesarios para gobernar en solitario.

"Los sondeos no se han movido en tres meses", explicó a la AFP Gideon Skinner, director de análisis del instituto de opinión Ipsos Mori.

Los partidos no tradicionales "presentan todos muy buenos resultados", desde el UKIP (13%) a los Verdes (5%), y en particular el Partido Nacional Escocés, que podría acaparar los 59 escaños de Escocia en el Parlamento, en gran parte a expensas de los laboristas.

 

- Del multipartidismo al federalismo -

 

Los gobiernos de coalición eran una cosa rara en el Reino Unido, propios de tiempos de guerra, hasta que en 2010 los conservadores tuvieron que recurrir a los demoliberales de Nick Clegg, un partido nacional histórico que no despierta los interrogantes y curiosidad -y el temor a un escenario de ingobernabilidad a la italiana- que provocan nacionalistas escoceses, galeses, norirlandeses, el UKIP o los Verdes.

 

Eso explica la gran polémica causada por unas supuestas declaraciones de Nicola Sturgeon -negadas por ella- expresando su interés en la victoria de Cameron, pese a apoyar de puertas afuera a Miliband, porque un gobierno conservador alimentaría el independentismo en Escocia. 

Nicola Sturgeon desmintió estas palabras, afirmando que eran "categóricamente y a cien por cien falsas", pero eso no impidió que se convirtieran en munición electoral.

"Creo que estas declaraciones son demoledoras", reaccionó Ed Miliband.

La repercusión del caso podría explicarse porque, como dijo Simon Hix, experto político de la London School of Economics (LSE), "estamos de facto en un sistema multipartidista". 

El ascenso de los nacionalistas, cree Tony Travers, otro analista de la LSE, impulsará la evolución del Reino Unido en un "Estado casi federal", con un incremento claro de las competencias de Escocia, Gales e Irlanda del Norte.

 

- El sistema electoral, garante de la fuerza de los grandes partidos -

 

Es difícil anticipar si los porcentajes de intención de voto que registran los partidos pequeños se traducirán en muchos o pocos escaños, pero el sistema electoral protege en cualquier caso el dominio de los grandes partidos y sus poderosas maquinarias electorales.  

El primero de cada circunscripción -en general territorios electorales de unos 70.000 votantes-, se lleva el premio del diputado y no hay premio de consolación: si un partido fuera el segundo en todas las circunscripciones, no tendría un solo diputado.

El diario The Guardian estima que los conservadores ganarían 276 escaños si las elecciones fueran hoy, los laboristas 270, el SNP 50, los demoliberales 28 --la mitad de lo que tienen actualmente- y el UKIP cuatro.

Los electores se fían más de Cameron que de Miliband, pero los conservadores no han logrado desprenderse de la etiqueta del "partido malo", decía The Economist, para explicar que no acaben de distanciarse en los sondeos pese a las buenas cifras macroeconómicas.

 

Michael Ashcroft, un ex dirigente conservador dedicado ahora a los sondeos, dijo que Cameron "es un caso excepcional entre los líderes; su popularidad es superior a la de su partido".

"Pero eso significa que, en puntos muy importantes, al menos a ojos de los electores, Cameron no ha sido capaz de cambiar el partido que dirige", añadió.