El futuro del país está en sus mares y ríos | El Nuevo Siglo
Sábado, 27 de Julio de 2013

Se celebró en días pasados el 190 aniversario de la batalla naval del Lago de Maracaibo y el Día de la Armada Nacional. Aquí algunos extractos del discurso pronunciado por el comandante de la institución, almirante Roberto García Márquez

 

“En este día tan especial deseo enviar un efusivo saludo a todos los hombres y mujeres que integran la Armada Nacional, con ocasión de la celebración del 190 aniversario de la batalla naval del Lago de Maracaibo y Día de la Armada Nacional.

Hace 190 años, en las aguas del Lago de Maracaibo, un valiente marino, el entonces general de brigada José Padilla, que había participado ya en gestas históricas, como la batalla de Trafalgar, la campaña del Magdalena, la noche de San Juan y muchas otras, comandó la flota patriota que venció, en la más trascendental batalla naval de nuestra historia republicana, a la Flota Real Española.

Gracias a esta victoria de nuestra incipiente Marina de Guerra, quedó consolidada la libertad en el norte del continente y las tropas terrestres del Libertador pudieron dedicar sus esfuerzos y recursos a liberar los territorios de la Gran Colombia.

El heroísmo, valor y arrojo de nuestros antecesores quedó marcado en esa fecha, su legado es motivo de orgullo y exaltación, inspiración de nuestros valores y guía permanente de nuestro actuar. Con fuerzas inferiores en armamento, equipos y medios, pero con inigualable coraje, patriotismo y espíritu de victoria esos nobles marinos se impusieron para dar así la estocada final a la otrora armada invencible.

Celebramos el Día de la Armada Nacional y al hacerlo sentimos que los hombres y mujeres que hoy forman parte de nuestra institución son los dignos descendientes de aquellos bravos defensores de la libertad y la paz.

La lucha que hemos venido afrontando contra toda clase de enemigos y los logros obtenidos son el testimonio permanente de esa vocación de servicio, espíritu de sacrificio e inigualable valor que en casi dos siglos se mantiene como símbolo y estandarte de nuestra institución.

La historia de la Armada y de Colombia está llena de momentos de gloria, de ingentes esfuerzos y de dificultades superadas, que han construido lo que hoy somos, nuestra identidad e historia institucional. Por eso debemos honrar el legado de aquellos hombres de mar y de guerra que sentaron las bases firmes sobre las que hoy descansa nuestra institución.

 

En este día recordemos a nuestros héroes que derramaron su sangre sobre las cubiertas de los buques durante la batalla naval del Lago de Maracaibo y los que a lo largo de estos 190 años han dado su vida para brindar seguridad, prosperidad y tranquilidad a los colombianos. Su memoria nunca debe ser olvidada, sino recordada en todas nuestras actividades, porque su sacrificio no puede ser en vano, sino debe ser inspirador de nuestro diario vivir.

Así como en la Independencia luchábamos para liberarnos de la dominación extranjera, hoy los militares y policías de Colombia trabajamos para que esa libertad duramente ganada no sea vulnerada por las agresiones de los violentos.

En la Armada Nacional hemos sido fieles cumplidores de la misión de brindar seguridad y preservar la soberanía en los territorios marítimos, fluviales y terrestres, bajo nuestra jurisdicción.

Todos los días trabajamos para construir un mejor país, para dejar un legado de paz y tranquilidad, para generar prosperidad y crecimiento económico a partir del desarrollo del potencial que yace en nuestros mares y ríos, en los fondos marinos y en los espacios costeros. En fin, para que los colombianos puedan dimensionar todas las oportunidades que les ofrecen sus territorios marítimos y fluviales, con la plena certeza que la Armada Nacional estará siempre presente, velando por salvaguardar los intereses nacionales.

Como su comandante quiero expresar mi agradecimiento, felicitación y reconocimiento a todos los oficiales, suboficiales, infantes de marina y personal no uniformado de nuestra institución que con su trabajo han hecho posible que cumplamos con honor nuestro compromiso con Colombia.

Hemos avanzado mucho en nuestra lucha contra el terrorismo, el narcotráfico y la criminalidad, y, por eso mismo, no podemos bajar la guardia sino que debemos empeñarnos, cada día con más ahínco, en consolidar los logros. La Armada Nacional debe seguir siendo referente de eficiencia, desarrollo tecnológico, transparencia y seguridad.

Tenemos que perseverar hasta que nuestra patria se vea libre de las amenazas y de la violencia que entorpecen su felicidad y su futuro.

Así como no se detienen las operaciones, tampoco lo hace el proceso de modernización y fortalecimiento de la Armada Nacional de Colombia. En esta fecha se activa la Fuerza Naval del Oriente como baluarte de seguridad y desarrollo en esta extensa zona fronteriza bañada por una inmensa red fluvial.

Hoy quiero destacar, además del sacrificio y el valor de quienes están en el frente de batalla, el trabajo abnegado y eficiente de tantos hombres y mujeres de nuestra institución que, en el campo logístico y administrativo, son el soporte y la garantía de éxito de nuestras operaciones.

Hay que resaltar el aspecto de innovación que representan los proyectos de Cotecmar y los inmensos ahorros que significan para los contribuyentes colombianos. Hoy podemos resaltar proyectos como la construcción con tecnología nacional del segundo patrullero de zona económica, los patrulleros de costa, los buques de desembarco anfibio, las lanchas patrulleras de rio, la finalización del plan de modernización y actualización de nuestras plataformas estratégicas, la modernización de los submarinos oceánicos, entre otros. También dentro del proceso de renovación, modernización y adquisición de nuevas capacidades debo destacar proyectos como la adquisición de un buque Osv-offshore supply vessel, de un ferry para la base naval ARC Bahía Málaga, los hovercraft, los submarinos tipo 206 con todo su armamento, la modernización y renovación de las lanchas interceptoras, botes de bahía y unidades menores de guardacostas.

Es motivo de inmenso orgullo el proyecto de modernización de la Escuela Naval de Cadetes -Alfa Sextantis-, esfuerzo institucional para poder lograr los más altos estándares de nuestra alma mater.

En cuanto a bienestar se están adelantando más de una veintena de proyectos de vivienda y alojamientos militares en las diferentes guarniciones con el fin lograr una mayor cobertura y apoyo a nuestras familias.

Gracias a la tecnología, nuestros procesos logísticos son hoy más eficientes y mantienen la visibilidad y el control total de la cadena de abastecimientos hasta sus destinarios finales que son nuestros hombres en las zonas de combate y en las unidades a flote.

En este Día de la Armada, estamos condecorando, en las diferentes unidades de la Armada, al personal que se ha destacado en su compromiso con su misión y en su servicio a la patria y a nuestra institución.

No existe mayor satisfacción, que el deber cumplido. Nuestro pueblo los sabrá premiar con creces, honrando su memoria en el altar de los héroes y el dios de los mares los bendecirá por haber sido fieles a su juramento de bandera.

Expreso mis más efusivas felicitaciones a quienes reciben hoy la orden del mérito militar “Antonio Nariño”, la orden del mérito naval “Almirante Padilla”, la orden del mérito sanitario “José Fernández Madrid”, la medalla militar “al valor”, y la medalla de servicios distinguidos a la Armada Nacional.

Gracias a todos por su coraje, por su compromiso y por su voluntad de servicio, que dan fe de que en sus corazones está encendida la llama más hermosa y más viva de todas: la del amor a la patria y el servicio a nuestros compatriotas.

Quienes hoy reciben estas distinciones son hombres y mujeres que sobresalieron más allá de lo esperado y que constituyen en sus áreas ejemplos a seguir para sus compañeros. Son una muestra de lo que nuestra institución genera en el desarrollo humano de sus integrantes y por los méritos de sus acciones se encuentran hoy presentes para recibir este homenaje de sus superiores, compañeros, subalternos, familiares y amigos. Quienes cumplen a cabalidad merecen reconocimiento y hoy queremos dárselo con un nutrido y caluroso aplauso que ha de ser extensivo a sus familias y a quienes de una u otra manera contribuyeran a su formación y a sus logros.

En una fecha tan especial es imperativo que a las menciones del pasado y de los logros recientes agreguemos una mención al futuro. Colombia se encuentra en un punto de quiebre, con la esperanza de lograr una paz por todos añorada y la certeza de estar enfrentando muchas formas de violencia, de las que algunas permanecerán más allá de los posibles acuerdos.

Todos deseamos poder enfocar nuestros esfuerzos a la protección de nuestros recursos, al respeto de nuestras fronteras, a la investigación científica marina, a ser embajadores de nuestra patria en los más alejados puertos del mundo o en los más olvidados rincones de nuestra geografía. Es ese nuestro anhelo, pero, realistas como nos corresponde ser, entendemos que en este momento es imperativo que nuestras acciones sean decisivas y contundentes para proteger a hombres y recursos de nuestra tierra, que en el mañana no olvidemos que habrán siempre nuevas amenazas y que los marinos de Colombia hemos sido forjados con el temple del acero de nuestros buques, en el agua salada, en los valores y principios de nuestros antecesores y en el honor y la gloria de nuestros héroes.

Hoy tengo la más profunda convicción que el escenario marítimo seguirá generando oportunidades enriquecedoras, sin lugar a duda el futuro de nuestro país, como el de muchos otros, está en sus mares y ríos”.