Domingo, 3 de Julio de 2016
De acuerdo con un reporte de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de los Estados Unidos (Noaa), hay 40% de probabilidad de que La Niña llegue entre agosto y octubre. En entrevista con EL NUEVO SIGLO, Rafael Mejía, presidente de la SAC, explicó el panorama que se espera con la aparición del Fenómeno para el segundo semestre del 2016, cuando apenas se están recuperando de las sequías dejadas por El Niño.
EL NUEVO SIGLO: ¿Qué impacto esperan ustedes que tenga en el agro el fenómeno de La Niña?
RAFAEL MEJÍA: Los daños del fenómeno de La Niña dependen de su intensidad y duración, pero evidentemente debemos estar preparados para el invierno pues es muy perjudicial y sobre todo para las cosechas. En este sentido, los productos transitorios son los más afectados, es decir, los de cosecha. Esto tiene un impacto en la oferta, entonces, hay que ser muy cuidadosos. Por este motivo, desde la SAC hemos venido asistiendo para estar preparados. Además de esto, es indispensable hacer un seguimiento de las obras que ya se debió haber culminado, así como mantener un control de lo que quedó pendiente, lo que se está trabajando y cómo podemos unirnos como país para mitigar los efectos del fenómeno de La Niña.
ENS: ¿Se están haciendo planes de contingencia dentro del sector?
RM: Claro, desde el Ministerio de Agricultura, la Casa de Nariño y el Ministerio de transporte, se ha venido realizando un estudio para determinar los efectos que causó La Niña la última vez. Desde esos datos, se está estudiando qué quedó pendiente, qué se puede arreglar y qué se puede construir en el país.
De otro lado, el Ideam ha venido advirtiendo y ha entregado un pronóstico de dónde, cómo y cuándo podrían ser más perjudiciales los daños. Las conclusiones las estaríamos terminando hacia el primer semestre, entonces debemos buscar cómo hacer todo lo más rápido posible.
ENS: ¿Podría especificarnos acerca de las pérdidas del sector para el pasado fenómeno de La Niña?
RM: Cuando nos referimos a pérdidas, no hablamos sólo de la pérdida de las cosechas en curso, sino de la pérdida por la demora de sacar el agua y de poner la tierra en condiciones de volver a sembrar, de volver a tener pastos o cultivos; ya sean de frutas, verduras, hortalizas y los diferentes cultivos. El único que no se afecta realmente por el agua en términos generales es el arroz cuando va en curso. Otra de las grandes dificultades es el volver a sembrar si es mecanizado. De todas maneras aquí hay que mirar que no es sólo las pérdidas de alimentos sino el daño que hace a las familias que viven de la tierra. Eso es aún más grave porque ellos tienen que seguir viviendo.
Muchas veces ellos detienen créditos y pierden las cosechas, tienen que pagar el crédito, entonces hay que buscar planes de refinanciación y no sólo quedan debiendo lo que perdieron, sino tienen que pedir para volver a arreglar su tierra y volver a sembrar y con las rentabilidades que se están dando en el sector, porque igual no presiona a que sea la baja y siempre han creído que el sector agropecuario no tiene derecho a tener utilidades.
ENS: ¿Cómo resultó afectado el sector con el fenómeno de El Niño?
RM: Es de tener en cuenta que se mezclaron distintos factores, el primero de ellos fue la devaluación pues no sólo el 30% de alimentos que importamos se vio afectado. Una cosa era comprar a $1.800 el dólar y otra cosa es comprar a $3.200. El segundo factor, pero no menos importante, fue la parte de devaluación que queda y no se reduce con oferta. Estos son los costos de producción de los alimentos en Colombia por las importaciones de los insumos como fertilizantes. Después entran en heladas en el Altiplano Cundiboyacense que afecta lo que son cultivos de papa que estaban en recolección y después entra el fenómeno de El Niño con la escasez de agua para cultivos transitorios permanentes. Para puntualizar, podemos aterrizar en el caso de la ganadería y de la leche entonces eso es todo un ciclo. Después de mayo-junio, comenzamos a hablar de la salida de la cosecha, es decir, la etapa de siembra para que salgan las cosechas que estaban represadas uno o dos meses.
ENS. Pero en algunas zonas fue más grave que en otras, ¿verdad?
RM: En algunas zonas, como el Valle, llovió más de lo debido, por todo esto, lógico, que el clima tiene un efecto muy grande en la oferta de alimentos que ha causado esa inflación. Para colmo de males el Banco de la República dentro de su independencia, ha seguido incrementando la tasa de interés, bajando la rentabilidad y haciendo que la inversión en el campo no se dé. A consecuencia de esto, la oferta que se esperaba no será tan amplia y eso va a generar mayores importaciones de alimentos, como ya se está viendo, es decir, entre enero y abril hubo 4’900.000 toneladas, más de US$2 mil millones, lo que traduce más de un 24% de incremento sobre el mismo período de enero y abril, todo eso en suma, termina siendo inflación de alimentos.
ENS: Considerando el incremento en las tasas de interés, ¿qué tanto se ha afectado la demanda de crédito del agro?
RM: En el año 2015 vimos unos resultados en el crédito del capital de trabajo, por primera vez fue mucho mayor que el crédito de inversión, entonces usted puede ver de que si no hay inversión no hay sostenibilidad ni ampliación de la actividad en el sector agrícola.
ENS: ¿Va a seguir aumentado el costo de vida debido a la inflación de alimentos?
RM. Claro, este año la inflación está alrededor del 8.5% aunque sí va a ser menor que la del año 2015 que fue del 10.85%. El Gobierno y el sector privado han hecho un gran esfuerzo. se ha puesto en marcha el plan Colombia Siembra, que busca aumentar la oferta y también el consumo para exportación.
ENS: ¿Cómo hará el gobierno pues se habla de una inflación del 6% para este año?
RM: Hay que entender que en el Índice de Precios al Consumidor hay tres grandes componentes del 73% de la inflación, el 30.1% es vivienda, el 28.2% es alimentos y el 15.1% es transporte; entre esos tres como decía suman el 73%. Entonces, la inflación usted la tiene que mirar desde la proporcionalidad de los efectos que tiene algunos de los rubros. Si el Gobierno calcula 6%, se tiene que mirar por cuánto calculando no solo alimentos sino inflación de vivienda e inflación de transporte. Ahora, eso lógico, es la meta que se está buscando.
ENS: ¿Cómo ha afectado el paro de los transportadores en el abastecimiento?
RM: En enero la inflación de alimentos estuvo alrededor de 2.8% y en mayo ya iba en 0.46%, iba muy hacia abajo y los transportadores, al impedir, que tanto mulas como camiones inicien su desplazamiento a los centros de abastecimiento, las centrales de abasto, grandes extensiones, tiendas y supermercados, lo que provocan es que no lleguen los alimentos. Pues claro, se sacan los inventarios, después empiezan a subir y después se acaban los alimentos.
El paro de transporte va a generar en el mes de junio probablemente una inflación de alimentos mucho más alta de la que se esperaba, entonces por eso hacia final de año, así recuperemos en segundo semestre no va a ser lo que se esperaba. Es por eso que quiero dejar claro que el consumidor debe saber y entender que el gran responsable del desabastecimiento y de que la comida la deban pagar más cara, es el paro del transporte.
ENS: ¿Cuál es su balance del primer semestre, comparado al del año anterior?
RM: Lógicamente este semestre fue mucho más complejo, pero lo que vemos en el sentido agropecuario, y en específico del valor de la producción, es que va a ser menor por los efectos de El Niño en el café.
Sin embargo, dentro durante todo el año estamos calculando que puede ser alrededor del 1.5% al 2.0% y si comparamos, el año pasado terminó en 3.3% y nosotros habíamos calculado el 3.2%.
El café tiene un efecto muy fuerte pero también este año por ejemplo las cosechas de papa, o lo que sé dé, va a ser del segundo semestre. Es decir, hay una gran oferta de alimentos porque hay interés de los agricultores, aunque suene contradictorio, pues estos han tenido que recurrir a que su rentabilidad se reduzca, y es complejo para el año 2017, porque esperamos que vuelvan a bajar las tasas de interés rápidamente, sobre todo para el sector agropecuario y productivo.
ENS: ¿Qué piensa usted del agro en el postconflicto?
RM. Nosotros tenemos el punto número uno que es mucho más moderno y de avanzada que el que ha venido pidiendo el paro dentro de un conjunto de lo que es, todavía hay algunos pendientes que se deben ir solucionando desde la firma del acuerdo. Lo que se ha propuesto allá, de firma o no firma, es lo que el sector privado y el Gobierno quieren hacer y se ha venido haciendo, pero esto no se está esperando precisamente para arreglar el sector rural.