Tatequieto al Niño | El Nuevo Siglo
Viernes, 13 de Julio de 2012

* Aumenta probabilidad de temporada seca

* Fijar un plan de acción interinstitucional

 

Si bien es cierto que la posibilidad de una temporada de sequía en este segundo semestre por cuenta de la aparición del fenómeno climático de El Niño todavía no está confirmada a un cien por ciento y que, por lo mismo, los modelos meteorológicos aún no permiten establecer cuál podría ser su intensidad en materia de altas temperaturas, lo cierto es que Colombia está en mora de activar un plan de acción interinstitucional que vaya más allá de la tradicional campaña de promover entre la ciudadanía un uso racional del agua.

Los últimos informes de los más prestigiosos estudios meteorológicos en nivel internacional confirman que las aguas del Océano Pacífico siguen calentándose, sobre todo en la región más tropical, lo que podría indicar que hay casi un 70 por ciento de probabilidades de que el advertido fenómeno haga su presencia.

En ese orden de ideas, se espera la evolución climática en este mes de julio para dar un diagnóstico más acertado. Si éste llegara a ser positivo, agosto sería el mes en donde podría empezar su proceso de consolidación pero sus efectos más fuertes en esta parte del globo terráqueo se verían hacia octubre, noviembre o diciembre, para sólo empezar a disminuir al comienzo de 2013.

En Colombia, según el Ideam, esas circunstancias climáticas ya han tenido efecto tangible en la disminución que en el mes pasado se registró en el régimen de lluvias en la zona andina y suroccidental del país. Salvo algunas horas de lluvias esporádicas en ciertos sectores del país, lo cierto es que la temporada seca ya predomina en todo el territorio, y en algunos casos las temperaturas reportadas empiezan a encender las alarmas de las autoridades seccionales y locales. También es evidente que si bien la presencia de un fenómeno como El Niño no impedirá que se registre la segunda época de lluvias del año, que se manifiesta siempre en el último trimestre, el régimen de lluvias sí será mucho menor al promedio histórico, lo que impactará directamente en los niveles de ríos y embalses que alimentan muchos acueductos municipales y regionales, al tiempo que son el soporte de una gran parte de la actividad agrícola, sobre todo en los llamados cultivos de pan coger. A todo ello debe sumarse que en una época demasiado seca el riesgo de incendios forestales y de capa vegetal se multiplica sustancialmente.

En vista de todo lo anterior, convendría que el Gobierno nacional pensara en la posibilidad de nombrar un alto funcionario que se encargue de centralizar el plan de acción interinstitucional que debe activar las medidas de precaución que se requieren para enfrentar este riesgo climático. Un plan que, según las recomendaciones del Ideam, cobija asuntos tan urgentes como las políticas para asegurar el abastecimiento de agua para la población, el sistema de alerta temprana que evite al máximo incendios forestales, la administración de las reservas acuíferas y de distritos de riego para el sector agropecuario así como protocolos para enfrentar plagas y enfermedades propias en condiciones de bajas precipitaciones pluviales y altas temperaturas. Por ejemplo, debe redoblarse desde ya la prevención para neutralizar los vectores de patologías como la malaria, dengue y cólera. Igualmente tiene que diseñarse una estrategia para enfrentar la disminución del nivel de los embalses que son la base de la cadena de generación de hidroeléctricas. Y a todo ello debe sumarse lo relativo a la vigilancia del sistema nacional ambiental, las incidencias en el transporte por la afectación a la navegabilidad fluvial así como lo relativo a la alerta temprana en el Sistema Nacional para la Prevención y Atención de Desastres.

Así como para enfrentar la tragedia invernal de los últimos dos años se creó Colombia Humanitaria y se designó a un alto funcionario para que coordinara toda la acción interinstitucional en materia de atención humanitaria, rehabilitación y reconstrucción, como del plan de contingencia, convendría que, desde el punto de vista preventivo, se hiciera lo propio para evitar que el travieso Niño climático, si se presenta, deje una estela de pérdidas y afectación sustancial en el país.