Los informes y noticias que llegan del sur del país son cada vez más alarmantes en cuanto al malestar social. En Buenaventura la desesperación de la población, por cuenta de los crímenes y asaltos a la propiedad del día a día, ha llevado a que se efectúen populosas marchas en las calles de la ciudad en contra de la delincuencia y solicitando más apoyo de la Gobernación y del Gobierno Nacional. Como lo manifestó el director de Medicina Legal, Carlos Eduardo Valdés, en lo que va corrido del año se han presentado 148 muertes violentas, lo que daría, por ahora, un promedio de dos muertes diarias. En algunos de estos casos se han dado escalofriantes episodios criminales en los que las víctimas han sido descuartizadas y apenas se encuentran en bolsas negras restos de sus miembros y han aparecido de manera ocasional cabezas flotando en bolsas en el mar. Lo que parece que de improviso provocan las mafias para atemorizar a la población que vive en la zozobra y angustia permanentes.
El presidente Juan Manuel Santos está al tanto de la situación y ha anunciado aumento del pie de fuerza y la inversión social. Hemos recomendado que se organicen cooperativas en las zonas marginales que permitan a corto plazo distribuir alimentos entre los más necesitados, en tanto mejora su situación económica y puedan comprarlos a bajos precios. Esas mismas cooperativas pueden ser un foco de divulgación para que expertos les enseñen a los lugareños a cultivar su propia huerta casera, que sería la salvación para los más pobres. También, ellos mismos pueden obtener cal para pintar de blanco las viviendas, así como sembrar enredaderas alrededor de las paredes, lo cual contribuiría a bajar la temperatura y mejorar las condiciones de vida. Es fundamental reeducar a los vecinos en valores y fortalecer su voluntad de derrotar la adversidad y prepararse mejor para crear pequeñas empresas que generen empleo y reciban el apoyo del microcrédito de entidades oficiales. En la medida que la población se libere del yugo económico de las mafias y recupere su libertad y deseo de vivir con dignidad, Buenaventura se puede convertir en uno de los más grandes polos de desarrollo del país.
El liderazgo del Gobierno en la Alianza del Pacifico, que avanza a grandes zancadas, coincide con los analistas internacionales que estiman que las posibilidades comerciales de esa agrupación son inmensas, lo que hace más urgente promover el desarrollo con justicia social en Buenaventura. Como lo hemos afirmado en otras oportunidades, dado el caso se debe militarizar la ciudad dentro de un acuerdo cívico con las autoridades civiles y los habitantes para acorralar a las mafias, en un esfuerzo paralelo por mejorar los ingresos de la población, que en gran parte vive de la economía subterránea. Se requiere una pedagogía sugestiva para convencer a los más jóvenes de no seguir los pasos de los criminales que se han enriquecido y que por un tiempo han sido sus ídolos, pero que a la larga terminan en prisión o en la guerra de las bandas criminales descuartizados.
La autoridad oficial que se ejerza debe ser tan enérgica como lo demandan las circunstancias, en tanto se redoblan los esfuerzos por garantizar posibilidades educativas y laborales de los moradores. Las alternativas de mejorar las condiciones de vida de quienes se preparen e integren al trabajo productivo, son inmensas. Varias empresas multinacionales y nacionales están dispuestas a invertir en la zona tan pronto se recobre la seguridad en la ciudad. En la medida que las autoridades mantengan la presión sobre el hampa, para evadir las detenciones terminarán por trasladarse a otras regiones, lo que haría bajar sustancialmente el contrabando y la delincuencia no podría seguir gozando de sus beneficios ilegales. Ese sería el comienzo del rescate del orden