Se acerca la entrada en funcionamiento de la llamada Mesa de Concertación Salarial y todo hace prever que la puja en esta ocasión entre Gobierno, empresarios y centrales obreras estará más complicada que en años anteriores.
De entrada es claro que la inflación, el principal indicador para el reajuste del sueldo básico que devengan varios millones de colombianos, está muy controlada en lo corrido de 2013, a tal punto que según el último reporte del DANE apenas llega acumulada a octubre 1,89 por ciento. En el año completo la tasa es de 1,84 por ciento.
Ello implica, entonces, que la inflación a diciembre podría estar cerrando alrededor de un 2 por ciento, lo que implicaría que esa sería la base sobre la que se partiría para definir el aumento del salario mínimo.
Los empresarios aún no han presentado una propuesta sobre la mesa, pero se sabe que varios de sus voceros sostienen que debe tenerse cuidado en el nivel del incremento con el fin de no afectar la estructura de costos y la rentabilidad de las empresas, sobre todo en un año en donde los altibajos en materia de ventas, consumo de hogares y enfriamiento de la industria manufacturera han estado a la orden del día.
Entre tanto, algunos centros de análisis económico ya han empezado a hacer sus proyecciones. Por ejemplo, la Asociación Nacional de Instituciones Financieras, ANIF, prevé que el aumento del ingreso básico debería estar por los lados del 3,5 por ciento, es decir, que al porcentaje previsto de inflación a diciembre se le sumaría un punto porcentual por cuenta de productividad. La razón es que si se incrementa por encima de ese nivel, se elevan los costos laborales y las empresas generarán menos empleo.
A su turno, las centrales obreras están buscando llegar a la mesa con una propuesta unificada. Hasta el momento ha trascendido que, de entrada, su petición estaría por encima del 5 o 6 por ciento, bajo la tesis de que es necesario, ahora que la inflación está controlada, aprovechar el aumento salarial. A su turno, el Gobierno, que en la mesa de concertación, es el árbitro de las partes, guarda silencio sobre los aumentos del salario mínimo que afectarán a dos millones de trabajadores. Sin duda será una negociación complicada y ante la gran diferencia de pretensiones, no es raro que el aumento del salario mínimo sea por decreto.