Plan de “Reactivación Económica” | El Nuevo Siglo
Lunes, 17 de Septiembre de 2018
  • Más allá de simple y plana reforma tributaria
  • Gobierno debe socializar toda la estrategia

 

Al cierre del primer semestre de este año el promedio de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) fue de 2,5%. A pocos días de que termine el tercer trimestre los cálculos sobre el desempeño de este lapso son alentadores, al menos en lo que a varios de los principales indicadores se refiere. La inflación está dentro de la meta rango, el desempleo aumenta levemente y la tasa cambiaria muestra un dólar al alza, lo que impacta positivamente la balanza comercial. A ello se suma que el precio del barril de petróleo ya rozó los 80 dólares, enviando una señal de optimismo a un escenario de estrechez fiscal, como ya se evidenció en el desfinanciamiento presupuestal de más de 3 billones de pesos para terminar este año y el hueco de 25 billones que hay para el próximo, según el plan de gastos, funcionamiento, inversión y servicio de la deuda que está debatiendo el Congreso.

Los pronósticos sobre lo que podría pasar a diciembre con la economía no difieren mucho, pues la mayoría de las previsiones apuestan por un 2,8% de crecimiento, aunque hay quienes consideran que podría pensarse en una meta más cercana al 3%, que si bien es un resultado que no da para lanzar las campanas al vuelo, al menos es un cambio positivo de tendencia. Como ya lo hemos reiterado en estas páginas, la comparación con lo que está pasando en el resto del continente termina siendo un referente difuso dadas las grandes diferencias entre potenciales productivos y coyunturas económicas y hasta políticas.

Tras la asunción al poder del gobierno Duque, es obvio que hay mucha expectativa sobre lo que será su estrategia de recuperación productiva o, en palabras del Ejecutivo, de “Reactivación Económica”. Gremios, sindicatos, firmas calificadoras de riesgo, entes multilaterales y centros de altos estudios económicos han puesto sobre la mesa sus respectivos diagnósticos y los aspectos urgentes a enfrentar por parte de la Casa de Nariño.

Tanto el Jefe de Estado como sus ministros han venido aterrizando las bases de la estrategia en las últimas semanas. Por lo mismo, ya no hablan de un proyecto de reforma tributaria simple y plano, sino que ella estaría enmarcada dentro de ese plan de “Reactivación Económica”, que tendrá como principios rectores la progresividad, equidad y eficiencia.

Así las cosas, la iniciativa impositiva que será llevada al Congreso en próximas semanas se enfocará en la simplificación tributaria para las empresas, de forma tal que generen más posibilidad de formalización laboral y creación de empleo, dinamizando la inversión. Por igual es claro ya que se ampliará la base de personas jurídicas y naturales que deben declarar renta. Igualmente se modificará el Impuesto al Valor Agregado (IVA) en busca de una mayor equidad y progresividad, a la par de una lucha más efectiva contra la evasión y elusión.

Aparte de ese proyecto de ajuste tributario, la estrategia de relanzamiento productivo tiene otros flancos. Por ejemplo, el fin de semana pasado el Gobierno lanzó la iniciativa “Reactiva Colombia”, que tiene como objetivo empujar el dinamismo económico departamental y municipal, acudiendo para ello a un plan de 1.2 billones de pesos, que se movilizarán a través de gobernaciones y alcaldías en obras y programas de infraestructura vial, sanitaria, de energías renovables y de inversión social y cultural.

Por igual, el programa de “Reactivación Económica” que prepara el Gobierno buscará expandir la clase media y crear mejores condiciones para generar inversión. De allí que aparte del ajuste tributario, se requieren reformas en materia laboral, pensional, de regulación empresarial, anticorrupción, una mayor focalización de subsidios y en pos de la seguridad jurídica.

A todo lo anterior debe sumarse que el Gobierno ya decidió que es imperativo apretarse el cinturón y lanzó un programa de austeridad en el gasto por 1.2 billones de pesos, así como un replanteamiento de la financiación de los programas sociales con el fin de evitar un freno en la inversión prioritaria.

Como se ve, el programa de “Reactivación Económica” tiene muchos flancos, pero es evidente que la opinión pública solo tiene el foco puesto en el tema tributario, sin dimensionar esta reforma como parte de un escenario más amplio e integral para recuperar el dinamismo productivo, aumentar el empleo, la inversión social, la capacidad adquisitiva de los hogares y la calidad de vida. Es tarea urgente del Ejecutivo socializar toda la estrategia, bajo el entendido de que si bien una reforma tributaria siempre será impopular, podría tener menos resistencia política, legislativa y ciudadana si se acepta como una pieza dentro de una estrategia tangible y eficaz de recuperación.