*De Bolívar a Obama
*La hora de Hispanoamérica
Simón Bolívar, a diferencia de la gran mayoría de políticos de Hispanoamérica que surgieron a la caída estrepitosa y sangrienta del Imperio Español en América, que luchaba no solamente contra criollos y algunos nativos de España, como con los sectores autóctonos, sino desde hacía un par de siglos con Inglaterra y otras potencias coligadas para despojarla de sus dominios; como había viajado varias veces a Europa y estuvo en los Estados Unidos, por lo que entra en contacto con elementos selectos de la política y la diplomacia de la época, que junto con las lecturas y el trato con Humboldt, le permiten formarse una amplia visión geopolítica de la que carecieron la mayoría de los contemporáneos de la región. El estudio de la historia le brinda un conocimiento analítico de la política internacional desde los tiempos de los griegos, de la famosa anfictionía, en la que se federaban por motivos políticos e incluso religiosos, casi siempre para defenderse de un enemigo externo. Lo mismo que asimila la experiencia de las alianzas del Imperio Romano y la de los reyes europeos posteriores a través de las edades. El análisis realista le abre la mente a los grandes proyectos, como el de convocar al Congreso Anfictiónico de Panamá en 1826, que sufrió el sabotaje de las potencias, lo mismo que su intento de unir la Gran Colombia con México, que abortó el vicepresidente Santander, al conceder a Estados Unidos las mismas ventajas que Bolívar le otorgaba a México.
Bolívar a diario analizaba los acontecimientos políticos regionales, europeos y de Estados Unidos, en especial con sus generales y los extranjeros de su séquito. En Caracas las noticias de la Revolución Francesa de 1789, cuando Bolívar apenas tenía 6 años, le helaron la sangre a los mantuanos que mantenían el dominio de la población desde cuando sus antepasados habían establecido el Imperio como conquistadores y encomenderos, que llegan a tener un poder muy superior al de la nobleza titulada de España. Los temores en la región de un levantamiento general aumentaron con las noticias del incendio de Haití por cuenta del virus jacobino que llegó a la isla junto con la guillotina.
La experiencia de la forma como se constituyó la Santa Alianza en Europa en 1815, para fortalecer las fuerzas que intentaban restablecer el poderío monárquico después de la tragedia de la Revolución Francesa, que había cobrado la vida de sus reyes, la nobleza, distinguidos militares y allegados, le mostró que la fuerza de las testas coronadas era inmensa, por lo que consiguen restablecer a Fernando VII en el poder. No se le escapaba el peligro de un Imperio como el que erigieron los reyes portugueses en Brasil, que alcanzaron a escapar de las garras de Napoleón, con Sucre divagaba en ocasiones con la posibilidad de liberar a Cuba y Puerto Rico, con ese objetivo se compraron naves de guerra y se hicieron planes de Estado Mayor por cuenta del invicto mariscal.
Su otra obsesión desde los días de la Primera República de Venezuela era la eventualidad de que Estados Unidos nos avasallara en nombre de la libertad. Expansionismo que se da al amparo de la Doctrina Monroe de 1823, por medio del cual ocupa y anexiona parte de México, como otros países del Caribe y en los albores del siglo XX promueven secesión de Panamá de Colombia. Para el Liberador Simón Bolívar frente a los peligros externos él explica a un amigo que al convocar al Congreso Anfictiónico lo hace invitando : “como presidente de la República de Colombia, a los gobiernos de México, Perú, Chile y Buenos Aires, para que formásemos una confederación, y reuniésemos en el Istmo de Panamá u otro punto elegible a pluralidad, una asamblea de plenipotenciarios de cada Estado "que nos sirviese de consejo en los grandes conflictos, de punto de contacto en los peligros comunes, de fiel intérprete en los tratados públicos cuando ocurran dificultades, y de conciliador, en fin, de nuestras diferencias".
Y agrega: "El Gobierno del Perú celebró en seis de julio de aquel año un tratado de alianza y confederación con el plenipotenciario de Colombia; y por él quedaron ambas partes comprometidas a interponer sus buenos oficios con los gobiernos de la América, antes española, para que entrando todos en el mismo pacto, se verificase la reunión de la asamblea general de los confederados. Igual tratado concluyó en México, a tres de octubre de mil ochocientos veintitrés, el enviado extraordinario de Colombia a aquel Estado; y hay fuertes razones para esperar que los otros gobiernos se someterán al consejo de sus más altos intereses”.
La Doctrina Monroe prevaleció sobe el empeño de unir Hispanoamérica del Libertador, impidió que potencias europeas invadieran la región y ejerció su predomino militar en ocasiones con positivas o nefastas consecuencias conocidas. Las cosas han cambiado con el Plan Colombia y la amistad que nos une en la actualidad. Pero, el anuncio del secretario de Estado Kerry en la OEA del fin de la Doctrina Monroe, así no sea una renuncia plena a la solidaridad con nuestros países, obliga a movilizarnos por la unión de Hispanoamérica y superar viejos y nuevos antagonismos entre nosotros.