Panorama petrolero sigue complicado
Colombia con algún margen de acción
El panorama para la industria petrolera continúa complicado, sin embargo, en medio de ese difícil escenario se producen noticias que llaman a un moderado optimismo a corto y mediano plazos, sobre todo porque la industria de hidrocarburos en nuestro país ha demostrado que tiene todavía algún margen de maniobra para soportar el duro coletazo que implica pasar de un precio por barril de petróleo de 110 dólares en junio pasado a las cotizaciones por debajo de los 50 dólares, como ocurrió en enero reciente.
En estas primeras dos semanas de febrero el precio del crudo ha registrado un leve repunte, que incluso los analistas no han dudado en calificar de “rebote” tras la descolgada en el primer mes de 2015. Prueba de ello es que el viernes pasado en la bolsa de Nueva York el barril de petróleo WTI (que es el de referencia para Colombia) cerró en 52,78 dólares el barril. Los pronósticos a nivel externo sostienen que, por ahora, no se avizora una nueva caída drástica, en gran parte porque un los últimos días se produjeron tres noticias clave para el sector. De un lado, que si bien las reservas de crudo en Estados Unidos aumentaron a nivel récord, se prevé también una reducción en materia de exploración y producción, en tanto que el crecimiento económico de la Eurozona permite adelantar que allí aumentará la demanda. En segundo lugar está la previsión días atrás de la Agencia Internacional de la Energía (AIE) según la cual este año se incrementarán las compras de oro negro al tiempo que la producción no subiría tanto en los países ajenos a la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP). Y, en tercer lugar, atentados como los ocurridos en Libia han introducido algún nivel de nerviosismo al mercado, forzando a varias naciones a asegurar más reservas en caso de una contingencia más grave.
Lo que no se puede perder de vista es que pese a los tres hechos anotados, el gran problema para la industria petrolera es que hay una sobreoferta mundial de crudo, que no podrá ser revertida a menos que la OPEP o los países que no pertenecen a ella, como Rusia o Estados Unidos, dieran muestras de querer limitar sus niveles de producción para forzar un alza en el precio a corto plazo, intención que hoy parece bastante lejana. No obstante el hecho de que a escala global no menos de 100 mil empleos directos estén en riesgo podría variar esa óptica.
Para el caso colombiano, es claro que el coletazo de la crisis petrolera ha tenido ya efectos evidentes. El golpe a las finanzas estatales se calcula en no menos de nueve billones de pesos y hay voces pidiendo ya un segundo apretón presupuestal para amortiguar la caída de divisas, impuestos y regalías. La Bolsa de Colombia, en su más reciente informe, dio cuenta de que la desvalorización de las empresas del sector de hidrocarburos que cotizan en el mercado de acciones golpeó los indicadores de 2014, aunque previó que este año podría mejorar el panorama.
Por lo pronto es de resaltar lo que está haciendo Ecopetrol, que esta semana no sólo anunció un apretón de su plan financiero y de inversiones cercano al 30 por ciento, ajustado a un precio base del barril de entre 40 y 50 dólares, sino que también consiguió un crédito con ocho bancos internacionales por 1.925 millones de dólares, lo que no sólo certifica la fortaleza de la empresa para afrontar esta época de vacas flacas, sino que asegura el financiamiento de su nuevo plan de acción.
Por otra parte, constituye una luz de esperanza en este complicado escenario petrolero, que la producción de crudo en Colombia se haya mantenido, en enero y por cuarto mes consecutivo, por encima del millón de barriles diarios, confirmando al país en el cuarto lugar a nivel latinoamericano, tras Venezuela, México y Brasil. De igual manera generan optimismo las medidas que están estudiando el Ministerio de Trabajo y las empresas petroleras y de servicios para evitar despidos masivos.
Si bien los nubarrones de la industria petrolera en Colombia aún son negros, como en todo el mundo, y la descolgada de los precios tiene un efecto transversal en las finanzas públicas y el sector real de nuestra economía, así como en el cambiario, es evidente que, por el momento, se está sobreaguando la crisis, en espera de que el panorama externo mejore, así sea lenta y progresivamente. Descartado ya que el crudo vuelva a cotizaciones por encima de los 100 dólares, hay que apostar a que supere, al menos, la barrera de los 70 este año.