A dieciséis días de que comience el Mundial de fútbol en Brasil la fiebre por la máxima cita global del que es considerado el deporte más universal en las últimas décadas empieza a contagiar todos los escenarios, más aún en países que, como Colombia, tienen puestas sus esperanzas en que su seleccionado llegue lejos en el torneo.
Como atinadamente lo afirman las cuñas publicitarias esa fiebre mundialista lleva a que poco a poco todo el ambiente se va tiñendo de amarillo, el color insignia de la camiseta del combinado patrio. Tan cierto es que el foco de millones de colombianos se va centrando en la cita futbolística que los analistas políticos ya advierten que una de las circunstancias que más preocupan de cara a cómo disminuir el alto índice de abstención electoral que se presentó el domingo pasado, que bordeó el 60 por ciento, es precisamente que el Mundial arranca el 12 de junio, apenas tres días antes de la cita en las urnas para la segunda y definitiva vuelta de las elecciones presidenciales. Es más, el debut del equipo colombiano es el sábado 14, un día antes de los comicios. Sería apenas ingenuo negar que el calendario de los partidos no distraerá a los potenciales electores. Desde ya tanto las campañas, los partidos, los candidatos y la organización electoral deberán arrancar intensas campañas invitando a la ciudadanía a que acuda masivamente a las urnas. De lo contrario, la debacle democrática, producto de una muy baja participación, podría ser muy marcada.
Pero esa no es la única preocupación que asoma en la antesala mundialista. Por ejemplo, algunos expertos en materia laboral han advertido que las empresas deben consensuar con sus empleados la forma en que se trabajará mientras se desarrolla el evento futbolístico que más espectadores congrega a escala mundial. Es claro que con horarios de partidos a lo largo de todo el día, el nivel de distracción de los trabajadores será muy alto. También es evidente que gracias al avance de la tecnología ya no es necesario parquearse frente a un televisor para poder apreciar un cotejo. Cualquier persona con teléfono celular de gama media hacia arriba, un computador fijo o portátil, una tableta y otros dispositivos móviles para transmisión de audio y video puede acceder a las imágenes o la información en línea de los encuentros que más le interesen.
Según los especialistas en salud ocupacional e incluso en seguridad industrial esta clase de eventos masivos tienden a distraer al empleado, lo que puede llevar no sólo a que se afecte su productividad laboral -y por ende la de la organización empresarial- como también eleva el riesgo de que se presenten accidentes en los sitios de trabajo.
Por lo mismo, la principal recomendación que se está haciendo ya en nivel mundial es que empleadores y empleados, en la medida de lo posible, lleguen a acuerdos que permitan pausas o recesos para ver los partidos que más interesen a determinado grupo poblacional, sin que por ello se afecte el nivel de productividad. Para ello se sugiere desde ajuste de los horarios en las jornadas laborales hasta pactos para compensación de lo no laborado.
Aunque para algunos sectores este tema puede sonar como menor y apenas circunstancial, lo cierto es que los estudios realizados sobre impacto del Mundial en el comercio, la industria del entretenimiento, el turismo, la venta de camisetas y aditamentos relacionados… evidencian que el planeta se prepara para afrontar el evento deportivo de multitudes más grande del mundo, y en países con gran tradición en el balompié, y más en aquellos que tienen a su representativo en Brasil, hasta la actividad más pequeña o aislada podría verse impactada en mayor o menor grado.