- Menos gabelas penales a ladrones reincidentes
- Urge penalizar porte de armas cortopunzantes
Son varias las lecciones que se pueden sacar de la “Operación Metrópoli” que se realizó en la capital del país en los últimos días contra bandas delincuenciales dedicadas a distintas modalidades de hurto.
En primer lugar, que el alto número de capturados por las autoridades, 268 personas en total, evidencia que este delito continúa siendo el de más alto impacto en la capital del país. Prueba de ello es que en lo corrido de este año las autoridades han detenido a más de 5.200 personas por hurto. De ese total, alrededor de 3.500 incurrieron en robo a personas, 1.600 a entidades comerciales y un número reducido en asalto a viviendas.
No es gratuito, entonces, que en las encuestas la percepción ciudadana en materia de inseguridad urbana continúe aumentando, así las cifras de las autoridades en cuanto a denuncias y capturas de delincuentes evidencien una disminución en distintos crímenes.
Una segunda lección se refiere a que es necesaria una reforma al Código Penal, como lo han pedido insistentemente los alcaldes de las principales ciudades capitales, que restrinja la posibilidad de dejar en libertad fácilmente a delincuentes con antecedentes de reincidencia. Esto porque en la referida operación de los últimos días en Bogotá, la mayoría de los capturados son reincidentes en hurto e incluso algunos tenían el beneficio de prisión domiciliaria. Es más, 39 de estas personas han enfrentado hasta ocho procesos judiciales por robo de celulares y residencias.
La burla, precisamente, a la detención domiciliaria es la tercera lección a sacar. Está más que demostrado que muchos delincuentes comunes a los que se les otorga el beneficio de la casa por cárcel violan de manera constante la prohibición de salir de su domicilio. Es urgente, por tanto, que las autoridades penitenciarias e incluso la propia Policía intensifiquen las visitas de inspección a los sindicados y condenados que fueron recluidos en sus sitios de residencia.
No menos importante -cuarta lección- es la urgencia de penalizar el porte de armas cortopunzantes, principalmente cuchillos. Según el parte de la “Operación Metrópoli”, de las 268 personas, 93 fueron capturadas por orden judicial y 175 detenidas en flagrancia. A ellos les figuran 494 comparendos por “comportamientos contrarios a la convivencia”, especialmente por el porte de armas cortopunzantes, con reincidencias de hasta 15 veces. Sin duda un tema que debe llamar a la reflexión sobre el papel disuasivo que debe cumplir la legislación penal. Sería ingenuo desconocer que muchos ciudadanos no denuncian estos robos porque temen que el delincuente vaya apenas unos días, semanas o meses a la cárcel, y luego regrese a las calles con sus fechorías o incluso a vengarse de quien lo hizo judicializar.
Asimismo, hay que tener en cuenta que la mayoría de estas personas pertenecía a 16 organizaciones delincuenciales estructuradas. Es importante atacar toda la cadena criminal y no solo a los eslabones más bajos y visibles, ya que si algo han dejado en claro las investigaciones de la Policía, demás organismos de seguridad, así como las imputaciones de la Fiscalía y los fallos de los jueces es que se trata de redes complejas, con nexos en el mercado negro nacional e internacional (sobre todo en cuanto a tráfico de celulares robados), que manejan altas sumas de dinero ilícito y se disputan a sangre y fuego los ‘territorios’ en donde delinquen.
Una última lección: resulta imperativo que se redoble la presencia policial en las zonas en donde operaban estas bandas para evitar que se reactiven en poco tiempo, sobre todo en Usaquén, Chapinero, Suba, Barrios Unidos, Engativá, Santa Fe, Los Mártires, Antonio Nariño, Puente Aranda, Rafael Uribe Uribe, Tunjuelito, Kennedy, Ciudad Bolívar, Bosa y Usme. Este un asunto crucial, ya que estas redes suelen tener una alta capacidad para reemplazar a los operativos, mandos medios y cabecillas que son capturados o incluso abatidos por las autoridades, o caen muertos en medio de los cada vez más frecuentes ‘ajustes de cuentas’ entre facciones criminales.
Es claro, entonces, que debe destacarse la labor de la Administración Distrital y las autoridades policiales y judiciales en esta “Operación Metrópoli”, pues no todas las semanas se captura a semejante cantidad de presuntos ladrones y se asestan golpes tan fuertes a 16 organizaciones criminales de amplio espectro. Sin embargo, como se dijo, hay varias lecciones que derivar, no solo a nivel local sino para el Gobierno nacional y el Congreso pues en temas como las reformas al Código Penal son estos dos los que deben llevar la iniciativa, tal como se los han pedido en repetidas ocasiones los alcaldes de las ciudades capitales, hasta el momento sin mayor eco.