Lamentablemente las muertes de niños por desnutrición crónica en este departamento continúan. Como lo hemos reiterado en estas páginas, se trata de un hecho vergonzante para el Estado y los gobiernos, tanto los anteriores como el actual, todos los cuales han activado distintas estrategias para hacer frente a esta tragedia, sin que ninguna de ellas haya tenido la efectividad requerida.
El último campanazo al respecto lo dio la Defensoría del Pueblo, al lamentar el fallecimiento de un bebé de escasos dos meses de nacido en Riohacha, la capital departamental, trágica noticia a la que se suman las quejas de la población por la inoperancia y falta de cobertura de los programas para proteger y asistir a la primera infancia.
Las cifras son tan contundentes como preocupantes. En el primer trimestre del año, acorde con las estadísticas del Instituto Nacional de Salud, en La Guajira fueron notificados 649 casos de desnutrición aguda moderada y severa en niñas y niños menores de cinco años. Más complicado aún resulta el hecho de que el 84% de los casos correspondió a población indígena. Al final, en un dato que debería impactar a todo el país y generar tremores en el Ejecutivo nacional, entre enero y marzo fueron reportadas diez muertes por desnutrición y causas asociadas, dos de ellas confirmadas y ocho en estudio.
En vista de ello, la entidad del Ministerio Público le exigió al Gobierno nacional poner en marcha acciones integrales, contundentes y prontas para hacer frente a esta delicada situación. Incluso se requirió al Instituto Colombiano de Bienestar Familiar informar detalladamente sobre temas como el estado de la prestación de los servicios a la primera infancia y cuántos menores de edad han sido atendidos bajo cada modalidad de atención.
Frente a ello, el propio titular de la Defensoría advirtió que “la vida, salud y seguridad alimentaria son derechos no susceptibles de espera o demora por cuestiones administrativas. Por ello insto a los órganos de control a identificar, investigar e implementar las acciones necesarias para que las entidades con responsabilidades en la actual situación actúen conforme a sus obligaciones”.
“Pese a los discursos y anuncios del Gobierno nacional para mitigar los casos y muertes por desnutrición, en La Guajira siguen falleciendo las niñas y los niños por esa causa. Lo que está sucediendo no se resuelve con discursos de voluntad; las acciones integrales, eficaces, estructurales y coordinadas se deben desarrollar y poner en marcha de manera urgente”, puntualizó.