El comportamiento de la economía en 2013 de 4,3 por ciento confirmó las perspectivas que ya se venían planteando por parte de diversas fuentes acerca del rendimiento del Producto Interno Bruto, PIB.
En este sentido, diversos organismos, como el Fondo Monetario Internacional, el Banco Interamericano de Desarrollo y el Banco Mundial habían proyectado crecimientos más bajos y ligeramente cercanos al 4 por ciento para el año pasado. Sin embargo, la realidad superó esos pronósticos y hoy la economía colombiana es la segunda en Latinoamérica con el mejor PIB.
Ese camino positivo se hizo más evidente cuando dos elementos principales de la actividad económica comenzaron a mostrar su progreso: la construcción de vivienda y el empleo. Precisamente con una actividad edificadora creciendo por encima del 8 por ciento y generando 140 mil empleos más, el PIB reaccionó desde un nivel previsto del 3,5 por ciento hasta escalar al 4,3 por ciento al cierre de diciembre.
Adicionalmente, en este lapso otros elementos respaldaron el buen momento de la economía: la mejora en las notas de las firmas calificadoras a la deuda colombiana, hasta dejarla en grado de inversión, y el respaldo del banco estadounidense, JP Morgan, JPM, que acaba de dar a Colombia un espaldarazo como destino de inversión extranjera de portafolio.
De allí la satisfacción del Gobierno. El propio ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, dijo que “este banco de inversión tiene índices dedicados a deuda soberana en mercados emergentes. Colombia hace parte de esos índices, y en conclusión, el anunciado aumento de la participación del 3% al 8% nos convierte en un país más atractivo para los inversionistas extranjeros”.
Sin duda este voto de confianza responde a la realidad económica interna, pero también a que el país ha sabido blindarse frente a las coyunturas externas, de allí que hoy sea visto como estrella dentro de las economías emergentes.
Otro elemento reciente pero no ajeno a lo que sucede con la economía, es la decisión del Banco de la República de mantener en 3,25 por ciento las tasas de intervención que le cobra al sistema financiero. Ese es un elemento muy significativo pues, objetivamente, se evidencia que no hay picos inflacionarios ni tasas exageradas de consumo que deban ser controlados mediante maniobras en materia de ampliar o restringir la liquidez.
El principal argumento del Emisor para no mover sus tasas es que se mantiene controlada la cotización del dólar, así como las previsiones que ya tenían en torno del crecimiento económico del cuarto trimestre del año pasado y su promedio en los últimos doce meses.
Aun así, al analizar el comportamiento sectorial de la economía en 2013 se destaca que uno de los lunares es el resultado de la industria que aparentemente no reacciona a las medidas del Gobierno.
No obstante parece que esta percepción comenzó a desaparecer en este primer trimestre de 2014, si se tiene en cuenta que la ANDI en su encuesta para enero encontró que la producción industrial creció 2,2 por ciento, las ventas totales crecieron 3.2% y, dentro de éstas, las ventas hacia el mercado interno crecieron 3.7%.
Estas cifras contrastan con los datos del DANE en que da apenas un crecimiento de la producción de 0,1 por ciento, pero, incluso en ese escenario pesimista, ya el sector está en el renglón positivo de la economía.
Por último, otro elemento adicional que debe aportar mayor gasolina al motor de la economía, es el incremento de la inversión extranjera que este año podría alcanzar los 16 mil millones de dólares.