La democracia desigual | El Nuevo Siglo
Miércoles, 25 de Diciembre de 2013

Desequilibrio de poderes

Iniciativas para el cambio

 

La democracia requiere de cierto equilibrio y determinadas proporciones para que la representación popular corresponda a la realidad política nacional; en la Carta Política de 1991 se incluyó la circunscripción para los senadores con la idea de que tuviesen apoyo popular en todo el país. Sin que por esa razón se elevaran los requisitos para ser senador de la Republica, sino al contrario, casi que se equipararon en cuanto a requisitos los senadores con los representantes a la Cámara. Hasta el momento por la circunscripción nacional los senadores elegidos en su mayoría no han superado las votaciones que los grandes jefes políticos departamentales conservadores o liberales ponían en sus departamentos. Lo que significa que ese apoyo popular que se esperaba no se ha conseguido, en tanto que ha perturbado la actividad política en grado sumo puesto que esa práctica se ha convertido en una hostilidad continua entre los políticos de los distintos partidos y movimientos, incluso de los que ellos forman parte. La solidaridad que ha de existir entre miembros de una misma colectividad se destruye cuando la elección depende en algunos casos de la feria en la cual se negocian los votos. Los tratadistas constitucionales, sin excepción, condenan el mercantilismo en que ha derivado la circunscripción nacional al Senado.

En la praxis lo que ha ocurrido es que en vez de unos senadores con respaldo nacional, lo que se tiene son unos representantes del pueblo disminuidos en su propio territorio y condenados a negociar el voto en el resto del país, siempre bajo riesgo de vérselas con competidores que penetran a su patio trasero con la misma pretensión electoral. Semejante  situación ha determinado que aparezcan en el firmamento político unos senadores desarraigados, sin mucho compromiso con el terruño nativo con tendencia a convertirse en trashumantes gestores políticos del clientelismo, con pocas y notables excepciones. Los más golpeados por cuenta de esta institución son los habitantes de los departamentos de la periferia o las zonas más paupérrimas del país, que se quedaron sin legisladores propios que los representen en el Senado de la Republica, lo que se constituye en un flagrante y gravísimo atentado contra la democracia representativa y contra la población que más necesita de prestantes senadores que defiendan sus intereses en la Cámara Alta. En otros tiempos y en otros países tan inequitativa y desastrosa composición de la representación popular habría dado origen a los más resonantes debates políticos y, posiblemente hasta degenerar en guerra civil. Apenas el Centro Democrático ha lanzado una lista cerrada que encabeza al expresidente Álvaro Uribe que, según las encuestas va a facturar un elevado número de votos, sin que por eso con la excepción de él  mismo que es el dueño de los votos y por su misma condición poseedor de una representación nacional, los demás empujan la lista sin alcanzar a ser figuras representativas de todo el país. Y los demás partidos han encabezado sus listas en la mayoría de sus casos con dirigentes de resonancia nacional, pero que quedan atrapados en la riña milagrosa de la pesca de votos.

La misión del conservatismo colombiano a lo largo de la historia ha sido la de fortalecer la democracia y sus instituciones, por lo mismo no puede seguir apoyando el experimento fracasado de la circunscripción nacional en un sistema horadado con el poder del dinero el liderazgo nacional que justificó esa modificación en el Senado ha resultado un fiasco y es altamente peligrosa para la consagración de la paz por medio de la negociación, dado el desequilibrio en que queda la representación política en las zonas de la periferia que son las más golpeadas por la violencia. El presidente del Partido Conservador, Omar Yepes Alzate, en declaraciones a El Nuevo Siglo manifestó que: “con la circunscripción nacional lo que ha sucedido en las campañas, se encarecen de una manera escandalosa y que el factor dinero contribuye mucho al respaldo que se pueda dar en determinado momento”. El dirigente conservador es uno de los más experimentados políticos y, en su momento, llegó a poner votaciones en Caldas que superaron los cien mil votos, cuando hoy en departamentos más grandes son raros los que alcanzan esa cifra, así se les denomine como senadores nacionales, puesto quien no tienen ese liderazgo que los legisladores del 1991 supusieron que alcanzarían por esa vía. Como el Partido Conservador ha sido un gran motor de cambio en el país y dado el fracaso y el atentado a la democracia en que ha derivado esa fórmula, entre las reformas que se deben promover esta la de abolir la circunscripción nacional y devolverle al Senado la majestad de la representación departamental, para acabar con la injusticia de unos departamentos signados por el atraso y la violencia regidos por la  antidemocrática figura del Senador nacional, que les ha arrebatado la representación propia y la posibilidad de defender sus postulados en esa institución.