La apuesta turística | El Nuevo Siglo
Viernes, 30 de Octubre de 2020

* Reingeniería sectorial que toca todos los flancos

* Fuente de divisas, empleo y plusvalía económica

 

Si hay una industria que requiere reinventarse casi en un cien por ciento para poder superar el impacto de la pandemia esa es, precisamente, la del turismo. Los datos globales y nacionales sobre la crisis en este sector y los millones de empleos perdidos son dramáticos.

Esta semana, por ejemplo, la Organización Mundial del Turismo (OMT) reveló que las restricciones de viaje implementadas como fórmula para contener la propagación del Covid-19 continúan golpeando el turismo en todas las latitudes, a tal punto que las estadísticas evidencian una caída del 70 por ciento en las llegadas internacionales en los ocho primeros meses de 2020. De acuerdo con la agencia global, el “desplome” representa 700 millones menos de llegadas en comparación con el mismo periodo de 2019 y se traduce en una pérdida de 730 mil millones de dólares en ingresos de exportación procedentes del turismo internacional. Para solo darse una idea del tamaño de la debacle, se calcula que se trata de una pérdida que multiplica por ocho la experimentada en 2009 durante la crisis económica y financiera mundial. La situación es tan complicada, que el Grupo de Expertos de la OMT prevé un repunte del turismo internacional en 2021 pero solo hacia el tercer trimestre o incluso el último.

Obviamente en el caso de Colombia, en donde el turismo se ha convertido en la última década en uno de los principales generadores de divisas, polo de inversión extranjera, creación de empleos, nicho de infraestructura y dinamizador de la economía regional y local, además de fuente de impuestos, el efecto de la crisis sanitaria ha sido demoledor. No hay que olvidar que este sector en años recientes venía marcando lapso tras lapso récord en tráfico de pasajeros, uso de capacidad instalada hotelera, plazas de trabajo, estimativos de gastos por viajero, creación de emprendimientos y buenos resultados en la promoción de destinos para todos los bolsillos y los gustos. De hecho, siendo la Economía Naranja uno de los ejes transversales del gobierno Duque, una de las apuestas más fuertes en materia de desarrollo sectorial es, precisamente, el impulso a la industria del turismo en todos sus órdenes.

Por lo mismo en medio de la pandemia, el plan de contingencia para este sector ha sido uno de los más audaces en cuanto a apoyos económicos directos e indirectos a empresas y trabajadores así como en incentivos tributarios, acceso a capital de trabajo y otro tipo de beneficios y flexibilizaciones. De igual manera, desde septiembre se ha venido avanzando en la reactivación sectorial, obviamente con todos los protocolos de bioseguridad certificados. De hecho, ya hoy está en marcha la reapertura de Parques Naturales, playas y hoteles; avanza a buen ritmo la primera fase de reanudación de vuelos internacionales, en tanto se normaliza poco a poco la operación de las rutas domésticas; en cuanto a los destinos terrestres, también están retomando su operación, aunque con aforos y porcentajes de ocupación reducidos… Obviamente todo ello ha estado supeditado a la curva epidemiológica regional y local, como se comprueba de las medidas restrictivas que se tomarán este fin de semana en determinados departamentos y municipios, mientras que en otros el turismo está listo para recibir visitantes y empezar a ver la luz al final del túnel.

Pero la mira no solo está puesta en la reactivación tras varios meses de parálisis por la pandemia. Hay otras acciones en marcha con vocación de mediano y largo plazo. Se está implementando un visor de turismo como herramienta web que facilita la consulta y exploración de los principales indicadores de medición. También se está socializando el Índice de Competitividad Turística Regional. De igual manera se actualizó el Manual de Fontur y se proyecta un Plan Maestro de Ecoturismo. A ello debe sumarse la ofensiva de promoción a nivel externo que realiza Procolombia y hasta los premios y galardones internacionales que ha ganado el país recientemente en distintas categorías de servicios y destinos, entre otras características. Es clave, asimismo, el trabajo también en materia de seguridad y orden público, al igual que en una mayor vigilancia, certificación y control a los operadores, sobre todo en respeto por los derechos de usuarios…

A todo lo anterior se suma la apuesta por un nuevo marco normativo, que se concretó en la presentación al Congreso de un proyecto de ley que modifica la Ley General de Turismo. Según el ministerio del ramo, el objetivo es fomentar la sostenibilidad y la implementación de mecanismos de conservación, protección y aprovechamiento de los atractivos turísticos. Igualmente se avanza en fortalecer la formalización y la competitividad del sector, así como en una mejor estructuración de los actores de la cadena de valor y una profesionalización del recurso humano a todo nivel.

Como se ve, se trata de una política integral sin antecedentes. Una política que tiene un solo norte: hacer del turismo el nuevo “petróleo” de Colombia.