Gigantes tecnológicos en la mira | El Nuevo Siglo
Martes, 22 de Diciembre de 2020

* EU y Europa contra dictadura de algoritmos

¨Más control a contenidos y menos monopolios

 

Grandes decisiones se produjeron en los últimos días en Washington y Bruselas para poner fin a la dictadura de los algoritmos que hizo posible que los gigantes de la tecnología (Amazon, Apple, Google, Facebook y Microsoft) se convirtieran en las empresas más prósperas del mundo y concretaran una de las mayores concentraciones de poder en la historia reciente de la humanidad.

La Comisión Federal de Comercio (FTC), con el respaldo de 46 estados norteamericanos, presentó una demanda por monopolio contra Facebook, mientras que la Comisión Europea inició el estudio de dos proyectos de ley enfocados a combatir los principales abusos de las plataformas contra sus usuarios: prácticas monopolísticas, compra de las empresas con potencial de interferir sus negocios, trato desfavorable en sus dominios de los productos de la competencia y uso indebido de datos de los cibernautas.

La demanda contra Facebook se relaciona con la compra de Instagram en 2012 y de WhatsApp en 2014. Pagaron 1.000 millones de dólares por la primera y 22.000 millones por la segunda. Ambas operaciones contaron con la aprobación de la FTC, que ahora considera que lo que estuvo detrás fue el interés de Facebook por sacar del mercado a compañías que percibió a futuro como posibles competidores.

“Mejor comprar que competir” escribió en un correo electrónico interno el fundador de Facebook, Mark Zuckerberg, a quien acusan de usar su monopolio para aplastar a rivales más pequeños y acabar con la competencia, a expensas de sus usuarios, porque la herramienta que determina, en definitiva, su poder es el acceso y la manipulación de los datos y la información que la gente deja en sus plataformas.

Las iniciativas europeas marchan en la misma dirección. Buscan meter en cintura a los gigantes de la tecnología, obligarlos a respetar la normatividad en materia de competencia y a que paguen más impuestos. Al mismo tiempo les quieren imponer una estricta regulación para que respondan por fenómenos como las falsas noticias, los discursos de odio y otras formas de manipulación de los ciudadanos, que han sembrado engaño o polarización en muchos países así como atrofiado o deformado las expresiones y los procesos democráticos en todos los continentes.

Las nuevas acciones reflejan una tendencia que viene de atrás y que se acentuó a lo largo de este año en la cual Apple, Facebook, Amazon y Google tuvieron que comparecer ante el Congreso de Estados Unidos para responder por su conducta en los mercados. En octubre pasado, el Departamento de Justicia demandó a Google por violar leyes de competencia para proteger y conservar su monopolio en las búsquedas y su control de la publicidad en la red.

Facebook está valorada en la actualidad en 800 mil millones de dólares, tiene más de 3,2 mil millones de usuarios y reportó 18.000 millones de dólares en ganancias en 2019. De esa dimensión son los intereses que están en juego en esta contienda.

“Facebook mantiene ilegalmente su poder de monopolio mediante el despliegue de una estrategia de comprar o enterrar que frustra la competencia y perjudica tanto a los usuarios como a los anunciantes”, asegura la demanda. También los acusan de incumplir el compromiso de no compartir datos de su plataforma con WhatsApp, ni de unir perfiles de los usuarios de ambos sitios. Compartieron datos clave como los números de teléfono para fortalecer su influencia en la publicidad, por lo cual ya fueron multados por la autoridad europea.

No será fácil el desarrollo de esta nueva ofensiva ni se verán pronto sus resultados porque en Estados Unidos se trata apenas del inicio de una acción jurídica que Facebook podrá contrastar y que avanzará con procedimientos complejos y demorados. Las normas europeas tienen igualmente un largo camino por recorrer. Pero ambas iniciativas recogen y demuestran la nítida voluntad de varios de los gobiernos más importantes del planeta para enfrentar y demoler el poder ilimitado que ejercen hasta ahora las grandes empresas digitales, no solo en contra de la libre competencia, sino también de libertades individuales, la soberanía de los países y la democracia en el mundo. Gobiernos como China, Francia, Australia, entre muchos otros, están en lo mismo. Se comienza a derrumbar el mito de que es inaceptable establecer límites y controles estatales a la innovación y a la tecnología, y cada vez es más evidente que los grandes conglomerados se ampararon en ello para consolidar sus monopolios, multiplicar sus fortunas y blindar sus intereses.

La tecnología hizo posible la profunda transformación de muchas de las actividades humanas en torno de las plataformas: la producción, el comercio, el gobierno y la comunicación, entre muchas otras. La innovación permitió a cinco empresas acaparar los mayores espacios de participación en los mercados y lograr ganancias sin antecedentes, libres de impuestos, de normas y de responsabilidad. El mensaje que envía a la población mundial la demanda contra Facebook en Estados Unidos y las normas en marcha en la Unión Europea es sencillo y contundente: esa fiesta se acabó.