La transparencia es la base de la credibilidad de todo proceso electoral, que es, a su vez, la columna vertebral de la democracia, sin duda el sistema político más extendido y funcional en el planeta.
Bajo esa premisa, que no por obvia debe dejar de repetirse a cada tanto que los colombianos son citados a las urnas, resulta alentador el anuncio que hiciera esta semana la Registraduría Nacional del Estado Civil en torno de las medidas de control y vigilancia que están listas para garantizar transparencia en las distintas etapas de los comicios que se desarrollarán el próximo 9 de marzo de 2014 para escoger a los miembros del nuevo Congreso y el Parlamento Andino.
El menú, grosso modo, es el siguiente: inscripción de cédulas automatizada, que permitió a cerca de 1.600.000 ciudadanos cumplir dicho trámite, con el ingrediente de que al hacerlo se le capturó digitalmente su huella dactilar mediante una estación biométrica. A ello se suma la depuración del censo electoral y un nuevo corte para su máxima actualización. También es clave la publicación de listados de candidatos inscritos en la página web de la Registraduría para que todos los interesados puedan acceder a esta información y asimismo estos listados fueron enviados a los organismos de control para que verifiquen posibles inhabilidades.
También se creó una dependencia especial para supervigilar todo lo referente a los jurados de votación. Igual se perfiló todo el sistema de revisión de las inscripciones por firmas de candidatos y movimientos. También se extremó lo relativo a la suspensión de la entrega de cédulas de ciudadanía, procediendo a inventariar y guardar bajo sello las no reclamadas.
A todo lo anterior se agrega que en tiempo preelectoral el organismo suele trasladar funcionarios a zonas diferentes de aquellas en las que generalmente cumplen sus tareas. Es una estrategia clave para garantizar imparcialidad de los distintos actores del proceso eleccionario. En ocasiones el cambio se hace como medida de protección de protección a funcionarios amenazados.
Uno de los avances más significativos es la identificación biométrica. Se hace por primera vez en unos comicios ordinarios. Se debe tener en cuenta que así es imposible que haya fraude por suplantación de votantes y jurados.
Estas medidas van a garantizar que las elecciones marquen un hito en la historia de los procesos de este tipo llevados a cabo en el país. Todo está perfectamente calculado y en la organización electoral no se ha omitido detalle para brindar a los colombianos y a observadores extranjeros que serán unas votaciones limpias, donde todas las previsiones se han tomado para evitar actos dolosos, y el resultado de los comicios refleje en verdad la decisión soberana y espontánea de los sufragantes en las urnas.