* Duros golpes a Farc, Eln y bandas criminales
* Ajustes, no bandazos en política de seguridad
La estrategia de orden público y seguridad ciudadana debe ser largo aliento, por lo que la sostenibilidad operacional, el fortalecimiento de la Fuerza Pública y la profundización de la inteligencia resultan claves en la lucha contra el delito, así como los constantes ajustes para contener la capacidad de reciclaje y mutación de los factores generadores de violencia, más aún en un país que, como Colombia, enfrenta múltiples y complejas amenazas en este frente.
Si bien tras la extradición a Estados Unidos de alias ‘Otoniel’, máximo cabecilla del ‘Clan del Golfo’, sobrevino una escalada terrorista y ataques a la Fuerza Pública en distintas zonas del país, generando fuertes críticas a la cúpula militar y policial, en las semanas recientes la Fuerza Pública asestó golpes de alto impacto a las estructuras de las disidencias y reincidencias de las Farc, la guerrilla del Eln y bandas criminales de alta complejidad, especialmente el ‘Clan del Golfo’.
Ayer, por ejemplo, fue abatido en Suárez (Cauca) Leider Johany Noscué Bototo, alias ‘Mayimbú’, uno de los principales cabecillas de las disidencias de las Farc, responsable de múltiples homicidios, masacres y narcotráfico en el suroccidente del país. Era el sucesor de alias ‘Jhonier’, dado de baja en enero pasado por las Fuerzas Militares.
A ‘Mayimbú’ se le consideraba mano derecha de alias ‘Iván Mordisco’, nuevo máximo jefe de las disidencias luego de que semanas atrás elenos y reincidentes asesinaran en Venezuela al veterano cabecilla alias ‘Gentil Duarte’. Este cayó en medio de la narcoguerra entre estas facciones criminales colombianas en el vecino país, que ya les costó la vida a los alias ‘El Paisa’, ‘Romaña’ y ‘Santrich’, todos protegidos por el régimen chavista.
El golpe de ayer se dio apenas unos días después de que en Barbosa (Antioquia) el Ejército abatiera a otro cabecilla principal de las disidencias, alias ‘Cabuyo’, uno de los delincuentes más buscados en esa región.
La semana pasada las Fuerzas Militares también confirmaron que Felipe Alcocer Alvarino, alias ‘Pirry’, cabecilla del frente ‘Darío Ramírez Castro’ y miembro de la Dirección Nacional del Eln fue abatido en Morales (Bolívar). Un impacto certero a esta guerrilla, cuya cúpula permanece escondida en Venezuela, con la anuencia de la dictadura. En esa misma operación fue capturada alias ‘Violeta’, responsable del atentado terrorista de 2017 en el Centro Comercial Andino, en Bogotá.
A finales de mayo se había dado otro duro golpe, esta vez a las bandas criminales. Juan Larinson Castro Estupiñán, alias ‘Matamba’, capo del narcotráfico, líder de la facción ‘La Cordillera’, socio del ‘Clan del Golfo’ y quien se había fugado en marzo de la cárcel La Picota, fue abatido por la Policía en Bolívar (Santander).
Y hablando del ‘Clan del Golfo’, tras la extradición de ‘Otoniel’ y el ‘paro armado’ desatado por esa banda criminal el Gobierno lanzó un bloque de búsqueda para terminar de desarticularlo. No solo ofreció una millonaria recompensa por sus nuevos cabecillas, los alias ‘Chiquito Malo’, ‘Siopas’ y ‘Gonzalito’, sino que redobló operativos en todo el país capturando a decenas de integrantes y cabecillas regionales.
Es claro, entonces, que las Fuerzas Militares y de Policía continúan a la ofensiva y dando resultados positivos, ajustando diariamente la estrategia de seguridad y orden público. En este último flanco, por ejemplo, se decidió que la “Campaña Artemisa”, clave contra de deforestación, será una operación permanente. También se reforzó el plan para promover la deserción de integrantes de grupos armados ilegales, al tiempo que con Ecuador y Panamá se redobló la seguridad fronteriza. Hubo, asimismo, un aumento del pie de fuerza y equipamiento en varias ciudades. También debe destacarse la mejora salarial a la Policía, los nuevos beneficios a los veteranos de la Fuerza Pública, el enfoque aeroespacial a la Fuerza Aérea, una mayor integración con Ameripol…
De otro lado, hasta el momento el Plan Democracia para blindar la seguridad electoral ha funcionado. Sin embargo, hay alertas ante la posibilidad de acciones terroristas y de vandalismo en algunas ciudades el próximo domingo.
Visto todo lo anterior, no solo resulta imperativo resaltar el accionar valiente, eficaz y sacrificado de las Fuerzas Militares y la Policía, sino urgir a los candidatos presidenciales que evalúen estos resultados y se comprometan a seguir apoyando una estrategia que está demostrando eficiencia. Obviamente se requieren correctivos de forma y fondo para enfrentar con más eficacia el rebrote de la violencia armada, narcotráfico, minería criminal, homicidios, atracos y otros delitos de alto impacto a nivel urbano y rural. Eso es claro. Sin embargo, un bandazo radical en este frente podría ser contraproducente en la cruzada contra la delincuencia común y organizada.