>“NO hay peor sordo que el que no quiere oir”. Esa es una de las máximas de la refranería popular a la que se acude a diario para denotar lo imposible y desgastante que resulta dar una y otra vez explicaciones y aclaraciones cuando el interlocutor se niega a entender las razones e insiste tercamente en posiciones inamovibles. Y precisamente eso es lo que le pasa al Gobierno con respecto a los sectores críticos e -incluso- enemigos del proceso de paz, que no hay día en que dejen de afirmar que en la mesa de negociación con las Farc en La Habana se está transando la totalidad de la institucionalidad colombiana, desde el modelo económico hasta el papel de las Fuerzas Militares.
Aunque se trata de una especie que ha sido mil veces repetida por los detractores de la búsqueda de una salida negociada al conflicto, y también mil veces rectificada por la Casa de Nariño y el equipo de negociadores oficiales, aún desde sectores opositores se insiste en el mismo señalamiento, sobre todo en medio de las coyunturas políticas y electorales.
De allí que ayer, una vez más, tuvo que salir al paso de estos rumores malintencionados. Por intermedio del jefe de la delegación del Gobierno en La Habana, Humberto de la Calle, se aseguró por enésima ocasión que el futuro de las Fuerzas Militares no es tema de negociación con las Farc, y menos aún que allí se hayan tratado temas relacionados con una supuesta reducción de las Fuerzas Armadas y la aún más insólita tesis de una presunta desmilitarización de las zonas de reserva campesina. “Categóricamente afirmo que nada de esto es cierto”, enfatizó y recalcó que “no hemos discutido ni negociado, ni vamos a hacerlo en el futuro, la reducción de nuestras Fuerzas Militares y de Policía, ni vamos a desmilitarizar las zonas de reserva campesina. Quien está afirmando esto, le está haciendo eco a versiones interesadas en falsear la verdad”. También negó versiones sobre cambios en el equipo de negociación por presuntas contradicciones en su interior. “Respetamos el disenso. Pero una cosa son las legítimas opiniones y posiciones de cada quién, y otra muy distinta inventar versiones delirantes para confundir y preocupar al ciudadano del común”, puntualizó De la Calle.
Ojalá en esta ocasión la opinión pública digiera de manera clara y directa el mensaje gubernamental, de forma tal que cuando hablen de nuevo los sectores que insisten en falacias sobre lo que se está negociando con la guerrilla, puedan fácil e inmediatamente detectar que se trata de versiones ficticias y manipuladoras con un nefasto móvil político y electoral.
No es la primera vez que los críticos del proceso de paz intentan crear malestar y divisionismo en el estamento castrense y en toda la Fuerza Pública en general. Afortunadamente la cúpula militar y policial ha demostrado una y otra vez no sólo su compromiso con la búsqueda de una salida negociada a la guerra interna, sino que con su combate eficaz, valiente e incansable contra las Farc y todos los actores de la violencia han logrado evidenciarles que si no aceptan sentarse a la mesa de diálogos o se levantan de la misma, se exponen al seguro exterminio por la vía de las armas.