Emprendimientos, filón de progreso | El Nuevo Siglo
Jueves, 18 de Abril de 2024

* Principal rubro del tejido empresarial del país

* Índice clave para conocer fortalezas y falencias

 

En un país en donde gran parte del tejido empresarial corresponde a unidades de negocios pequeños o micro, y una porción sustancial de las mismas tiene un pie puesto en la formalidad y otro en la informalidad, resulta de vital importancia tener una radiografía muy precisa de las características, fortalezas y debilidades de ese sector económico.

No estamos hablando de un hecho menor. Por el contrario, esta clase de emprendimientos empresariales y de negocios se ha convertido en el principal motor de la economía real. Una prueba de ello es que Colombia cerró el 2023 con un récord en el número de empresas activas, según las cifras de la Oficina de Estudios Económicos del Ministerio de Comercio, Industria y Turismo. Se reportaron 1,7 millones de empresas matriculadas y renovadas. Bogotá, como es apenas obvio, por ser la capital del país y generar junto a la región circundante alrededor del 25% del Producto Interno Bruto nacional, encabezó dicho ranquin, con más del 24% del total de unidades de negocio, seguida de Antioquia (13%), Valle (8,9%) y Cundinamarca (6,7%).

El dato clave aquí es que las microempresas representan cerca del 95% del tejido empresarial nacional, en tanto las pequeñas son el 3,5%, las medianas el 0,8% y las grandes empresas el 0,3%. Otra cifra que evidencia la importancia de tener una radiografía de los emprendimientos es la siguiente: del número total de empresas activas al cierre de 2023, las personas naturales representaron cerca del 68%. Como es apenas notorio, el volumen de empleos que se genera es determinante dentro del global del mercado laboral, absorbiendo mano de obra calificada y no calificada que no encuentra ocupación formal.

Visto lo anterior, resulta evidente que entre mejor se conozca la cualificación de ese tejido microempresarial y de unidades de negocios unipersonales o micronegocios (que superan los 3,5 millones), el Estado puede generar esquemas de apoyo más efectivos. Esto garantiza, por un lado, que esos emprendimientos tengan vocación de permanencia y no terminen cerrando al corto lapso y, por otro, que vayan adquiriendo gradualmente niveles suficientes de rentabilidad, competitividad, acceso a mercados, capacitación de recurso humano, generación de empleo de calidad, uso de nuevas tecnologías y formalización económica integral.

En ese orden de ideas, debe destacarse el lanzamiento esta semana del Índice Subnacional de Emprendimiento 2024, cuyo principal objetivo es hacer un diagnóstico realista de las condiciones que posibilitan la creación y crecimiento de estas unidades productivas en 23 ciudades capitales.

La iniciativa, impulsada por el Consejo Privado de Competitividad, la Fundación Bolívar Davivienda, iNNpulsa Colombia y la Universidad del Rosario, se constituye en un insumo clave en la medida en que incorpora 61 indicadores distribuidos en ocho pilares, lo que permite evaluar asuntos trascendentales como el financiamiento, capital humano y las habilidades y competencias de esas unidades de negocio.

Igualmente, se mide lo relativo a capital social, entorno de negocios, infraestructura, adaptación tecnológica e innovación intraempresa. Otros conceptos modernos que se verifican se refieren a ecosistemas innovadores y generación de conocimiento, así como al desempeño emprendedor. Finalmente, hay una herramienta que incluye trece variables de percepción con el fin de ponderar las opiniones de emprendedores en aspectos puntuales al interior de sus ciudades.

Los resultados de este primer Índice Subnacional de Emprendimiento muestran a Bogotá encabezando el listado, con una calificación de 6,42 sobre 10. Le siguen Medellín (5,54), Manizales (4,88), Bucaramanga (4,71) y Cali (4,69), todas esas ciudades con sus respectivas áreas metropolitanas.

Lo crucial ahora es que, desde el Gobierno y el sector privado, al igual que desde gobernaciones y alcaldías, se haga una revisión muy puntual de las fortalezas de los emprendedores en cada jurisdicción y cuáles son los principales cuellos de botella a superar. Esto dará lugar a que las políticas públicas del orden nacional, departamental y local no solo estén mejor focalizadas, sino que no caigan en el expediente fácil y poco productivo del asistencialismo. Es decir, aquellos modelos en donde se transfieren algunos dineros y gabelas a los negocios unipersonales o microempresariales, pero no hay un acompañamiento permanente e integral que permita su fortalecimiento, permanencia y plusvalía.

Resulta claro que los puntajes obtenidos por las ciudades que encabezan el Índice no son los más altos, significando que hay mucho trabajo por hacer. No es ninguna coincidencia, por otro lado, que varias de las ciudades capitales ubicadas en las últimas posiciones sean, precisamente, algunas de las de mayor desempleo y crisis socioeconómicas.

Si algo han demostrado algunos de los países con economías emergentes más fuertes es, precisamente, que en los micronegocios hay un filón de progreso clave, no solo desde el punto de vista de empleo, avance personal y social, sino de la consolidación de un tejido empresarial rentable, competitivo y resiliente.